jueves, 12 de marzo de 2009

LOS GOMEZ SIEMPRE VIVIERON DE OBSESIONES

Por: RAUL PACHECO BLANCO

Los Gómez siempre vivieron de obsesiones: Laureano de la obsesión del basilisco o el comunismo, que era lo mismo. Alvaro de la decadencia y de lo fundamental. Ahora Enrique está obsesionado con Chávez y Piedad.
Fueron monotemáticos de acuerdo con el enemigo que según ellos amenazaba la civilización cristiana .
Laureano estaba embarcado siempre en una lucha sin cuartel contra el mal, que era en ese entonces, el comunismo . Pero luego de haber combatido con saña a Marco Fidel Suárez por aquello del respice polum, de la estrella polar, para señalar el papel guía que debía seguir Estados Unidos, se convirtió luego en su aliado y envió tropas a la guerra de Corea, en donde estuvieron el entonces capitán Valencia Tovar, el coronel Alberto Ruíz Novoa y el teniente Puyana García , para pelear al lado de las fuerzas del bien, comandadas por Estados Unidos, precisamente contra el comunismo.
Para él sólo existía el oro y la escoria. El desde luego representaba el de 21 kilates, mientras los Ospinistas y alzatistas apenas eran vil escoria. Y así por lo consiguiente. El comunismo pues, era el causante de todos los males. Quien sabe si viviera hoy cual vendría a ser el basilisco.. Porque el comunismo pasó y esto siguió igual. Luego la calentura no estaba en las sábanas.
Su hijo Alvaro se fue por los terrenos de la decadencia, seguramente influenciado por aquellas tesis de Oswaldo Spengler de la decadencia de las culturas.
Para Alvaro lo que no estuviera de acuerdo con su manera de pensar, era pura decadencia : decadente era la palabra descalificadora para él. A quien le dijera decadente inmediatamente lo condenaba al fuego eterno.
Decadentes por lo tato eran los pastranistas de ésas épocas de Misael, o los social-conservadores que alcanzaron a existir por virtud del mismo Misael ..
Y para que esa decadencia no se diera, era menester llegar a acuerdos sobre lo fundamental, que en realidad de verdad no se supo nunca en qué consistía. Pero eran las palabras mágicas.
Cuando se tomaba la via del acuerdo sobre lo fundamental, las cosas andaban bien encarriladas, pero si se salían de ahí , ya las cosas empezaban a torcerse:: no funcionaban.
Ahora el último vástago de los Gómez , Enrique, sigue el mismo camino de los dos sobe las obsesiones. Solo que para él, la obsesión, como ya lo dijimos está en Chávez y Piedad.
Así que pasamos de las generaciones del basilisco o comunismo a las de la decadencia y a los acuerdos sobre lo fundamental, y de ahí a la llave del mal Chávez-Piedad.
Todos los males que vive Colombia en la actualidad se deben a este binomio siniestro, como llamaron en su época a Alvaro Gómez y Jorge Leyva, durante el gobierno de Laureano, como apoyo de lenguaje por parte de ospinistas y alzatistas.
Este es el meollo de la carta que le ha enviado Enrique al directorio conservador . De resto no aparece ninguna fórmula de aliento que sirva para trabajar alrededor de ella. Solo la obsesión de Chávez y Piedad.
De tal palo, tal astilla.

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