sábado, 14 de marzo de 2009

EL CENTRISMO: Por : RAUL PACHECO BLANCO.

Tres columnistas nacionales se han referido al centrismo como un fenómeno raro por el hecho de ser mayoría en el país y sin embargo, no tener representación y no hacerse sentir ante la intrepidez de una derecha y de una izquierda, que todo lo manipulan a su antojo. Pero primero que todo pongámonos de acuerdo en qué se debe entender por centrismo. Para Eduardo Posada Carbó ( El Tiempo-6-III-09 ), el centrismo está en la solución civilizada de los conflictos y difícilmente puede reconocerse en los estilos populistas, o en el lenguaje estridente de los fanáticos. Pero el centro es de carácter reformista. Para Claudia López ( El Tiempo, 3-III-09 ), el centro no es ni la derecha paramilitar ni la izquierda revolucionaria. Parte de la base de que debe estar estructurada alrededor de la democracia liberal como sistema político, el capitalismo como sistema económico , la ética, la equidad como principios rectores de ambos sistemas y el rechazo al uso de la violencia y la mafia en la política, venga de ropaje de izquierda o de derecha. Ni el Polo ni el Uribismo representan el centro. Para Andrés Hoyos, ( El Espectador, 25- II-09 ), el centro no puede ser el liberalismo que parece un buque fantasma por cuya cubierta deambularan los espectros vergonzosos de Eduardo Mestre, Rodolfo González, Manuel Francisco Becerra, Alberto Santofimio, Santander Lopezsierra y hasta Pablo Escobar. Aunque queden personas honorables como Rafael Pardo , que no Ernesto Samper y menos Cristo. Y añade que el centrismo no se debe confundir con el aristotélico justo medio, y aterrizando, consiste en defender en Colombia la lucha contra los grupos armados, pero sin los excesos de Uribe, la lucha contra las drogas, contra la desigualdad. Pero quienes hacen política de centro como Mockus, Peñalosa, Fajardo, lo hacen bajo un ángulo personalista que no los deja trascender, o Lucho Garzón. Yo creo que debemos partir de esta base : el centrismo tiene que ser ideológico y no político. Me explico : debe partir de unas ideas en frío, pensadas, acordes con un espacio y un tiempo. No como fruto de arreglos para llevar adelante unas elecciones o zanjar problemas en un momento dado, como el centrismo francés, que según Duverger ha dominado en la mayoría de la historia en Francia, precisamente porque ha sido fruto de transacciones en caliente, cuando las circunstancias apremian, porque la urna está que arde. Porque en esas condiciones, centrismo podría ser el Frente Nacional que se hizo en Colombia y políticas similares.
Así, esas ideas que lo deben conformar no pueden ser otras que el capitalismo en materia económica, pero luego de la fragua de lo keynesiano, hasta llegar a la socialdemocracia europea. Es decir, sin socialismo. En lo político, la democracia, de tipo participativo, la concepción de los derechos humanos. En lo cultural, la laicidad, que no el laicismo, es decir, respeto por toda clase de iglesias y credos, pero no persecución a la iglesia católica, como lo hicieron los radicales en el siglo XIX. El aborto, pero en las tres modalidades que ha expresado la Corte Constitucional; el divorcio, el respeto a los derechos civiles de los homosexuales, pero sin matrimonio; la eutanasia, en casos en que la persona ya no pueda vivir, sino simplemente existir. También un equilibrio entre lo liberal y lo democrático, para que no se presenten fenómenos como el de Chávez en Venezuela, que acude a las elecciones para justificar su democratismo, pero arremetiendo contra las libertades individuales, o con libertades, pero sin participación por el manejo oligárquico del poder, como ha sido tradicional en los países latinoamericanos.
Según todas las encuestas, la mayoría de la opinión política en Colombia es de centro, luego sigue la derecha y en último lugar la izquierda, por los efectos negativos de las Farc y de la vecindad ecuatovenezolana. Además de la quiebra del comunismo como referente de lo que fue la izquierda.
Algo en todo caso flota en el país, que puede llegar a cuajar en un verdadero proyecto político de alguna envergadura, que convoque a gentes nuevas y también a los viejos matices, pero con ánimo de enmienda y contrición de corazón.

No hay comentarios: