viernes, 9 de noviembre de 2018

LA DEMOCRACIA LATINOAMERICANA


POR: RAUL PACHECO BLANCO

 
Si algo le dice al mundo sobre el adelanto de la democracia latinoamericana es la actitud del poder judicial mostrado en varios países por recientes acontecimientos políticos. El poder judicial se ha encargado de poner un punto muy alto cuando diversas fuerzas políticas atropellaban y querían llevarse por delante el estado de derecho. Más no fue así, por la actitud de esos jueces y magistrados que sacaron la cara por la democracia en el continente.

 Dígalo sino el caso de Brasil, donde todo iba desbordándose al calor de la lucha que libró en ultimas Lula Da Silva, tanto para no dejarse capturar, como para insistir en su candidatura presidencial, que no tenía piso alguno de legalidad, así se alegara una legitimidad que le daba un pueblo mayoritario.

Pero salió el juez Moro y le puso el tate quieto al caudillo popular, quien tuvo que plegarse y resignarse a empezar su pena de prisión en la cárcel de Curitiba.  Restablecido el hilo conductor de la legalidad, Brasil votó en santa paz en sus elecciones presidenciales y llevó a la presidencia al capitán Bolsonaro.

Otro tanto sucedió en Perú, cuando el presidente Kuczysinsky sin ninguna clase de escrúpulos negoció con el fugimorismo su permanencia en el poder, concediéndole  el indulto al expresidente Fujimori, cuando se concentraba en hospitales para sacarle el cuerpo a la prisión. Y si el presidente Kuczysinky no tuvo escrúpulos un juez sí los tuvo y devolvió la historia hasta dejar sin piso el indulto y reducir a prisión a Fujimori nuevamente.

Y además, con llevarse a la cárcel a su hija la líder Keiko quien había adelantado  el desarrollo político para salvar a su padre de la cárcel. Los dos están ahora detenidos y el orden jurídico fue restablecido en Perú. Lo mismo ha sucedido  en Argentina, donde el poder judicial ha puesto los ojos en la expresidenta Cristina Fernández, quien ha sido tratada como un  ciudadano común y corriente, ante la expectativa de ella de sentirse más allá del bien y del mal por haber sido presidenta de Argentina. Y para cerrar el ciclo, en el Ecuador, Rafael Correa también ha tenido que enfrentar a un  poder judicial empoderado, que trata de aplicar la ley por encima de todo, no importa los títulos que tenga el infractor, quien se consideraba que tenía toda clase de licencias cuando ejercía el poder.

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