jueves, 4 de octubre de 2018

EL REINO DE LA INCOMODIDAD

EL REINO DE LA INCOMODIDAD

POR: RAUL PACHECO BLANCO

 
A Álvaro Uribe realmente le ha tocado muy duro para abrirse campo en la política y por eso tuvo que echar mano de los consanguíneos Pacho y Juan Manuel Santos, porque eso significaba nada más y nada menos, que la cúpula de la oligarquía bogotana y, además, el poder político de hacer candidatos a la presidencia como lo era en su momento El Tiempo. Pero esta es historia vieja. Ahora la nueva, es que Uribe no sabe qué hacer con Pacho Santos. Porque si bien se arriesgó para llevarlo a la vicepresidencia, por lo menos valía la pena cuando estaba valorizado por las acciones de El Tiempo.

Pero ahora, ¿qué hacer con él? .Al presidente Duque se le ocurrió mandarlo a Washington en una época en que no se iría a notar tanto la llegada del nuevo embajador, pues estaba de por medio Donald Trump, casi un  fenómeno parecido al de Pacho Santos, pero más grave.

Y después de tomarse la foto oficial con el presidente norteamericano, dio unas declaraciones apenas lógicas dentro de su concepción de la política, en el sentido de que la vía militar para definir el problema venezolano no se podía descartar, pues si llegaba a los oídos ligeros de Trump no se escandalizaría por semejante bobada, pero sí ponía en peligro el territorio colombiano  que podía ser iluminado  por la presencia de aviones de combate venezolanos y con la toma y destrucción de Cúcuta.

 Afortunadamente salieron al quite, el mismo presidente quien dijo que en ninguna manera apoyaría soluciones de fuerza contra Venezuela y, en iguales condiciones, su canciller, quien repetía hasta el cansancio que Colombia no estaba de acuerdo con soluciones militares.

Y sudaba la gota gorda el canciller tratando de contestarle a Andrés Openhaimer desde CNN, quien insistía en que el nuevo embajador de Colombia en Washington lo había dicho con todas las letras, hasta casi se quita las gafas de la incomodidad de la pregunta y la insistencia en el reportero de cogerlo fuera de base.

Así que Pacho Santos los puso en aprietos desde el primer día y de aquí adelante los pronósticos son reservados. Pero viéndolo bien, el presidente Duque lo hizo bien porque si no lo nombraba corría el peligro de que la prensa dijera que el expresidente Uribe se sentía traicionado por el presidente nuevo, en vista de no tener en cuenta a Pacho Santos para una misión especial, que si bien es cierto se trataba de material inflamable, era de su entraña. En todo caso se tiene como algo positivo el hecho de que el embajador no domine el inglés y estemos, por lo tanto, lejos de  falsas traducciones de sus palabras.

Por lo menos eso es un plus a la hora de apagar incendios.

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