sábado, 22 de septiembre de 2018

NO HAY PEOR CUÑA QUE LA DEL MISMO PALO



POR: RAUL PACHECO BLANCO

 

Tenemos dos ejemplos: el de Pacho Santos y el de la izquierda colombiana.

En el caso de Pacho Santos lo peor que le ha sucedido hasta ahora es el fuego cruzado de su propia familia, que lo ha zarandeado en la forma que ha querido, tratando de rebajar su imagen ante la opinión pública.

Que se cayó del zarzo dice Juan Manuel Santos, en su célebre papel de comediante. Y luego su sobrino Martin le endilga que tiene un tío marihuanero, precisamente cuando se estaba preparando para viajar a Washington para posesionarse de la embajada.

Y no le perdona a Pacho Santos el que se hubiera convertido en seguidor impecable de Alvaro Uribe, aun a costa del papel que debe desempeñar su apellido en la historia de Colombia, cuando Juan Manuel se fue al otro lado tratando de encontrar el hilo perdido de Eduardo Santos, su entronque más fresco con la historia.

A Pacho Santos no le perdonan que hubiera sido vicepresidente y que ahora se apreste a  llegar a la embajada de más rango internacional como lo es la embajada en Washington. Hacen mofa de esos logros.

Él no se siente herido y deja pasar las ofensas como un acto del servicio.

Y el caso de la izquierda, que le garantiza a la derecha estar tranquil, por un  largo rato, dado que Gustavo Petro y Jorge Enrique Robledo no se pueden ver ni en pintura. Dígalo no más el caso de la jefatura de la oposición que según los resultados de las últimas elecciones presidenciales eligieron por ocho millones a Petro como jefe de la oposición. Pero esto no es reconocido por Robledo quien desde el primer momento se dio tentado a  acudir a toda clase de argumentos, con la casuística escolástica en mano, para tratar de enervar un posible efecto del electorado en la denominación de jefe de la oposición, en que el parece haberse estacionado.

La oposición  no pudo ponerse de acuerdo en ese saque inicial y por lo tanto hará una oposición dividida entre los distintos sectores.

De tal manera que la derecha y el gobierno tienen asegurado su futuro pues la pelea interna es más brava que la externa. ¿Quién se imagina a Petro cediéndole el paso a Robledo?. O al contrario, ¿Robledo cediéndole el paso a Petro? Como lo dijimos al principio, no hay peor cuña que la del mismo palo.

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