jueves, 8 de junio de 2017
EL ENGAÑO POPULISTA.
POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Por fin alguien pone la cara por el neoliberalismo. Axel
Kaiser y Gloria Alvarez hacen una elaborada propuesta a favor del
neoliberalismo en el libro El Engaño Populista. En Colombia por ejemplo, nadie
pone la cara por el neoliberalismo. Cesar Gaviria se lo quita de la solapa del
saco, como si fuera caspa, los samperistas lo denigran, Los santistas son de
tercera via. Uribe tampoco se identifica con él. Es una doctrina expósita, sin
dolientes, pero actuante. Se mete en todos los gobiernos, eso sí con la condición
expresa de no ser llamado neoliberal. Vargas Llosa y Plinio Apuleyo Mendoza,
sus máximos pontífices en latinoamerica, se dicen liberales, asi como suena,
pero neoliberales, no. Así que la honestidad de los autores hay que resaltarla.
Ahora, eso del populismo es creación eurocéntrica. Cuando en Europa veían un
movimiento de cierto contenido popular o caudillista, le ponían el sello de populista.
Populistas fueron Perón, Rojas Pinilla, Pérez Jiménez. Pero se trata
simplemente de los últimos coletazos del socialismo. Los que diseñaron el
modelo de Chávez son neomarxistas. Luego consideramos que el término populista
es impreciso e impersonal, dice mucho y no dice nada. Si analizáramos el
liberalismo colombiano bajo la lupa de los autores, nada más repudiable que la
revolución en marcha, donde el liberalismo se untó de socialismo, cuando para
el liberal colombiano se trata de la joya de la corona. Ese neoliberalismo tiene
que pasar por el crisol de los Estados Unidos, al apartarse del modelo francés
de la revolución francesa, con su autoritarismo rousseauniano. ¡Liberales
atacando a Rousseau! Que exista una hegemonía socialista en latinoamérica, es
producto precisamente de ese pensamiento y esa acción de tipo liberal, que los
autores condenan. Y toman el caso de dos países modelo en cuanto a su
estabilidad económica y su desarrollo como Suecia y Chile, para demostrar que
ha sido el modelo neoliberal el que los ha llevado a buen puerto. Que en el
caso de Suecia el manejo neoliberal fue el que puso las bases para esa estabilidad,
mientras que la socialdemocracia con su igualitarismo pretendía dañarle el
caminado. Y lo mismo predícan de Chile, pasando por encima de Pinochet, quien
le puso freno al socialismo e impuso la férrea disciplina neoliberal en el
desarrollo económico. Pero los dos casos
son muy significativos, pues la verdad puede estar en el medio: precisamente
por alternarse en el poder los dos modelos, han llegado a lo que son. Pero
ellos, los autores, mantienen su evangelio.
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