POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Siempre ha existido la tendencia a calificar a los
pontífices de conservadores o liberales, o de derecha o de izquierda, de acuerdo con las épocas.
Así que el Papa Francisco no es una excepción. El dice que es un papa
callejero. Eso implica que muchos se confundan y lo consideren un papa mamerto.
La calle siempre ha sido de izquierda, a excepción de las épocas fascistas. En
reportaje al periódico El país de Madrid, 21-I-2017, al Papa le midieron el aceite
al preguntarle sobre la teología de la liberación y contestó que había tenido
aspectos positivos y también desviaciones, sobre todo, en el análisis marxista
de la realidad. Y mostró su autocritica
a la Iglesia al señalar que la corrupción también se manifestó en la Iglesia
cuando el Papa Alejandro VI, “pesadita eh?”. Basta pensar en la familia Borgia,
en esa época y doña Lucrecia con sus tecitos “envenenados”.
En la Iglesia hay santos y pecadores, decentes y corruptos. Y
sigue diciendo: se habla con facilidad de la corrupción de la Curia. Hay gente
corrupta en la Curia. Pero muchos santos. Por eso los verdaderos protagonistas
de la Iglesia, son los santos. La historia de la Iglesia no la llevaron adelante
los teólogos, ni los curas, las monjas, los obispos, los laicos, los verdaderos
protagonistas son los santos. Ahora con relación al malestar que ha supuesto la
intervención de la diplomacia Vaticana en el caso de Venezuela y en otros casos
similares, Francisco se adelanta a señalar que la Iglesia no hace el papel de
intermediaria, sino de simple mediadora. Porque el intermediario busca ganar
algo con esa intervención, pero la Iglesia no. En la mediación se busca que las
partes involucradas ganen algo, pero la Iglesia, nada. Y luego toma otro tema:
la enfermedad más peligrosa que pueda tener un pastor proviene de la anestesia,
y es el clericalismo. Yo acá y la gente allá. Si sós el pastor, tenés que
meterte con esa gente, si vos no cuidas esa gente y te dejás cuidar de esa gente, cerrá la
puerta y jubiláte. Porque aquí el pastor se convierte en un
simple funcionario. Y eso es el clericalismo, el peor mal que pueda tener
hoy la Iglesia. ¿Y se ha sentido
utilizado por los políticos argentinos?: Ah si, algunos me dicen nos tomamos
una foto de recuerdo y le prometo que va a ser para mí y no la voy a publicar.
Y antes de salir por la puerta ya la han pulicado.
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