jueves, 2 de febrero de 2017

EL PAPA FRANCISCO.



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

Siempre ha existido la tendencia a calificar a los pontífices de conservadores o liberales, o de  derecha o de izquierda, de acuerdo con las épocas. Así que el Papa Francisco no es una excepción. El dice que es un papa callejero. Eso implica que muchos se confundan y lo consideren un papa mamerto. La calle siempre ha sido de izquierda, a excepción de las épocas fascistas. En reportaje al periódico El país de Madrid, 21-I-2017, al Papa le midieron el aceite al preguntarle sobre la teología de la liberación y contestó que había tenido aspectos positivos y también desviaciones, sobre todo, en el análisis marxista de la realidad. Y mostró  su autocritica a la Iglesia al señalar que la corrupción también se manifestó en la Iglesia cuando el Papa Alejandro VI, “pesadita eh?”. Basta pensar en la familia Borgia, en esa época y doña Lucrecia con sus tecitos “envenenados”.

En la Iglesia hay santos y pecadores, decentes y corruptos. Y sigue diciendo: se habla con facilidad de la corrupción de la Curia. Hay gente corrupta en la Curia. Pero muchos santos. Por eso los verdaderos protagonistas de la Iglesia, son los santos. La historia de la Iglesia no la llevaron adelante los teólogos, ni los curas, las monjas, los obispos, los laicos, los verdaderos protagonistas son los santos. Ahora con relación al malestar que ha supuesto la intervención de la diplomacia Vaticana en el caso de Venezuela y en otros casos similares, Francisco se adelanta a señalar que la Iglesia no hace el papel de intermediaria, sino de simple mediadora. Porque el intermediario busca ganar algo con esa intervención, pero la Iglesia no. En la mediación se busca que las partes involucradas ganen algo, pero la Iglesia, nada. Y luego toma otro tema: la enfermedad más peligrosa que pueda tener un pastor proviene de la anestesia, y es el clericalismo. Yo acá y la gente allá. Si sós el pastor, tenés que meterte con esa gente, si vos no cuidas esa gente  y te dejás cuidar de esa gente, cerrá la puerta y jubiláte. Porque aquí el pastor se convierte  en un  simple funcionario. Y eso es el clericalismo, el peor mal que pueda tener hoy  la Iglesia. ¿Y se ha sentido utilizado por los políticos argentinos?: Ah si, algunos me dicen nos tomamos una foto de recuerdo y le prometo que va a ser para mí y no la voy a publicar. Y antes de salir por la puerta ya la han pulicado.

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