jueves, 16 de febrero de 2017

¿CÓMO VA LA COSA?



POR: RAUL PACHECO BLANCO.

A estas alturas del partido el uribismo y el santismo van empatados: sus dos campañas presidenciales están involucradas en el escándalo Odebrech, que no solamente sacudió a Colombia, sino a toda Latinoamérica y tiene ya con órdenes de captura presidentes, hijos de presidentes, políticos de alto y bajo vuelo, en fin, el Apocalipsis. Ahí no se salva nadie, en teoría, porque en la práctica bien sabemos que no va a pasar nada. Ahí tenemos el ejemplo del expresidente Samper pidiendo que este escándalo se investigue hasta las últimas consecuencias y que no vaya a quedar impune, como el caso suyo. Cuando la campaña presidencial del 18 estaba enderezándose por el lado de la paz, por la reincorporación de las Farc a la vida ordinaria y a la política y que el No iba ganando, todo ha quedado sub júdice. Cuando los diversos partidos empezaban a organizarse en torno a sus candidatos y cuando todo parecía enderezarse por la vieja confrontación entre santistas y uribistas, viene el destape del Odebrech y empiezan a rodar cabezas. La primera fue la de Oscar Iván Zuluaga a quien acusan de haber recibido ayuda de la firma brasileña y  no acababan de festejar semejante hecho los santistas, cuando viene el otro remezón en que la campaña del presidente Santos también fue infiltrada por la misma firma y con calanchines nacionales. Y ni siquiera el vicepresidente Vargas Lleras se salvaría, pues aunque demuestre que no tuvo conocimiento o no se involucró en la parte sucia del paseo, su credencial de vicepresidente quedaría  viciada, lo mismo que la del presidente, por el leve arrullo del chanchullo. Todas estas candidaturas están heridas de muerte como es el caso de Francois Fillon en Francia, a quien le descubrieron un hecho menor con relación a su esposa y la vinculación a dineros públicos irregularmente habidos. En tanto Alvaro Uribe comienza a despejar la caspa de sus hombros, dejando a la intemperie a su alfil mayor, en momentos en que su corazón no había resuelto decidir  el pleito de la triple investidura entre Zuluaga, Holmes y Duque. A lo mejor se gana la lotería porque estos nuevos hechos le despejan la decisión a tomar. Y el presidente Santos, recién llevado al panteón de los próceres con su premio Nobel de paz, se siente tan sorprendido como  el expresidente Samper en su hora con el proceso 8.000. Esperemos a ver cómo se va desenvolviendo este drama a la medida de la investigación del Fiscal.

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