POR: RAUL
PACHECO BLANCO.
El origen de Enrique Peñalosa es muy claro. Lo que no es
claro es el origen del partido verde o de la Alianza Verde, pues se trata de
una mixtura de fuerzas de centro y de izquierda. En un principio el bosón del partido fue el M19. De
ahí arrancó hacia sucesivas transformaciones,
pues fueron entrando los exalcaldes de Bogotá ,Garzón, Mockus y Peñalosa. Si
nos atenemos al bosón inicial allí
estarían Antonio Navarro y luego Gustavo Petro. Y más adelante entraría Claudia
López, una politóloga del Externado de Colombia, valiente como ella sola, pues
se le enfrenta al que sea con una dialéctica demoledora y es capaz de darse en
la jeta hasta con el presidente Uribe. Por lo tanto no se trata de una fuerza homogénea
sino pluralista que incluye varios sectores de la opinión pública y que no
tiene una tradición de servicio en el manejo del estado. Pero precisamente ahí
puede estar su fortaleza, pues indica que al no haber llegado al poder no está
contaminada de los vicios que se incuban cuando se ha llegado. Eso en cuanto al
partido. En cuanto a Peñalosa se sabe de su eficacia administrativa, al haber sido uno
de los mejores alcaldes de Bogotá y al haber puesto en movimiento un sistema como
el integrado de transporte, que se ha impuesto en las principales ciudades del
país, con éxitos o fracasos que ya son más del resorte de sus ejecutores regionales.
Si su eficacia administrativa es reconocida también lo es su falta de olfato
político que no le permite moverse con soltura en aguas tan difíciles. Falta
pues el gran político, o el político, que sepa enfrentar las relaciones con los demás poderes. Sobre
todo el legislativo, ya que de llegar a
la presidencia podría ser un gobierno de minorías con las consecuencias que
esto conlleva para la aprobación de los planes de gobierno. Las cosas se
podrían equilibrar si logra formar una coalición para la segunda vuelta, pues sumados los grupos parlamentarios de esos
partidos aglutinados, podrán voltear las cosas. Una idea que me parece muy
especial es el de la creación del ministerio del Bienestar Rural, con el objeto
de mejorar la calidad de vida de la gente del campo, la cual ha sido olvidada
en los tiempos de modernización cuando el impulso se le ha dado a la industria.
Según cálculos en el campo viven alrededor de diez millones de personas, en las
peores condiciones de vida.
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