sábado, 21 de diciembre de 2013

EL LIBRO DE PASTRANA



POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

En principio uno diría que fue una tremenda irresponsabilidad del presidente electo Andrés Pastrana de irse solo hasta la selva a encontrarse con Tirofijo, por la facilidad con que hubiera podido ser secuestrado y poner en aprietos el gobierno de Ernesto Samper. Pero a su vez hubiera sido tremendo error de la guerrilla haberlo secuestrado, pues toda la comunidad internacional  con todos sus gobiernos se le hubiera venido encima a la guerrilla y el desprestigio hubiera sido mayor. De otra parte, Marulanda sabía tras de lo que iba y por lo tanto se podía dar el lujo de dejarlo flotar por la selva pues estaba convencido de los jugosos dividendos políticos que cosecharía con la zona de distensión y los conversatorios por la paz. De haber  logrado la paz Pastrana hubiera pasado a la historia como el presidente de la paz y por lo tanto como una especie de Mandela blanco. En el libro Memorias Olvidadas se narra pues, de primera mano, cómo fue esa incursión a la selva acompañado apenas por su consejero. Era una jugada audaz y de muchos efectos, tantos, que al fracasar el proceso  le dio vida propia a Alvaro Uribe para adueñarse de todo un octenio y convertirse en el gran líder de la derecha extrema. También viene allí la narración de su secuestro y como por pura chiripa fue rescatado, cuando buscaban al procurador de ese entonces  Carlos  Mario Hoyos. Pero el grueso de todo está en el proceso ocho mil, al revelar el nombre de la persona que le entregó  los célebres casettes que hundieron al gobierno de Samper y propiciaron el triunfo de Pastrana en las siguientes elecciones presidenciales. Y, además, como gran chiva, reservada por mucho tiempo, la carta que le enviaron los Rodríguez Orejuela a Pastrana, una vez que se hubo consumado la traición de Samper al cartel de Cali al no seguirlo protegiendo como lo estaba haciendo desde un principio. La amistad de Samper con el cartel de Cali nace desde el secuestro de su hermano   Daniel y en lugar de ir a pedir protección al presidente de turno, o al jefe del Das, se fue a buscar ayuda del cartel de Cali por intermedio de Alberto Giraldo, quien en un  libro le reprocha a Samper años más tarde y,  cuando se encontraron en Cartagena,  que por culpa de Samper , Giraldo había pasado los peores momentos de su vida y Samper, con la ligereza que lo caracteriza le contestó , pero te veo muy Alberto. Y Giraldo tuvo que irse a rumiar su rabia a otra parte.

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