viernes, 5 de abril de 2013

DOS PROCESOS DE PAZ



POR:  RAUL  PACHECO   BLANCO.

La impresión que  tiene la opinión pública es que se llevan dos procesos de paz en la Habana. La guerrilla lleva uno y el gobierno lleva otro. Y cada cual va por su propio camino. El gobierno, se mete por el camino de la actual legalidad y nada que vaya contra la ley o la constitución lo acoge. En tanto que la guerrilla se alumbra con la linterna de Diógenes y se mete por cualquier camino, así  sea ilegal o inconstitucional. Para ellos, todas estas conversaciones deben desembocar en una Asamblea Constituyente y el gobierno por su parte, ni siquiera ha pensado en ella , porque bien se sabe que no hay nada más peligroso  que una asamblea constituyente que si bien se sabe cómo empieza, no como termina. Cuando la Constituyente de 1.991 nadie hablo de plenos  poderes para la asamblea ni de cambiar la constitución, sino simplemente de hacer algunos ajustes para lograr la paz. Y sin embargo, se tomaron medidas que resultaron insólitas en su momento, como la revocatoria del Congreso de la época, solución tan inane que de allí no resuelta nada porque los revocados aparecieron luego en las siguientes elecciones. Y hasta corrió peligro el ejecutivo. Se llego a sentir un vacío de poder, que no se sabía a donde  llegaría , pues cualquier cosa podía suceder.  En cuanto a tierras, la guerrilla quiere darle autonomía administrativa y política a las zonas de reserva campesinas, como si se tratara de una nueva estructura de poder que tuviera parecidas competencias a los departamentos o regiones. Para eso se necesitaría de una reforma constitucional y el gobierno al parecer, no se ha paseado por allí, para crear esas nuevas entidades territoriales. Mas ahora cuando los costeños por parte del exgobernador Verano de la Rosa , retoma la idea de crear la región caribe, con el objeto de crear dos aparatos burocráticos paralelos: el departamental y el regional., en contra del querer de la presidencia, que no admite la coexistencia de dos cuerpos administrativos, cada cual con su gobernador, su asamblea y su tribunal. Es decir, otra pequeña república, cuando lo pertinente es que si se crea  la región, desaparezca el departamento.  Pero a su vez, periodistas independientes son optimistas sobre el resultado de las reuniones de la Habana, sobre todo por las ganas de los actuales guerrilleros y eventuales negociadores de intervenir en política. De otra parte el país se encuentra atado a tratados internacionales que forman parte del bloque de constitucionalidad, que si bien permiten la concesión de amnistías e indultos, éstos no pueden cobijar a los delitos de lesa humanidad, que de no ser juzgados por tribunales nacionales, lo hará la justicia penal internacional.  Por lo tato, eso de que los guerrilleros no pagarán un solo día de cárcel depende de las condiciones en que se encuentre cada uno de ellos de acuerdo con las investigaciones.  Ese periodo de gracia, ante s de entrar en vigencia el pacto de Roma lo concedió  el expresidente Pastrana a la guerrilla , demorando la aprobación por parte del gobierno colombiano. Actualmente las reuniones de la Habana están bajo el vaivén de las olas políticas y de demasiados intereses electorales que conspiran contra el éxito de las conversaciones. No se ve la suficiente transparencia ni la claridad en cuanto  a los términos de un arreglo, siendo así que el gobierno del presidente Santos planteó unos puntos precisos, que la guerrilla no tiene intención de acatar.

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