sábado, 23 de junio de 2007

EL SISTEMA SEMI-PRESIDENCIAL

EL SISTEMA SEMI-PRESIDENCIAL.
Por: Raúl Pacheco Blanco.

Quien primero habló del cambio de régimen presidencial fue Alfonso López Michelsen. Pero él lo enderezó hacia un cambio demasiado brusco porque escogió el modelo parlamentario al estilo inglés. Este modelo está señalado históricamente por el triunfo de la revolución inglesa de 1681, cuando la nobleza y la alta burguesía se hicieron al poder y asentados en el Parlamento, reclamaron para ellos la soberanía, dejando a un lado el imperio del monarca, quien de ahí en adelante derivaría su legitimidad del Parlamento.
El sistema fue evolucionando en la medida en que la democracia fue penetrando el organismo político hasta llegar a lo que es hoy, un complejo formado por un jefe de Estado que es el Rey y un jefe de gobierno que es el Primer Ministro.
Ahora el Primer Ministro es elegido por voto popular pero pasa por el Congreso de acuerdo con la mayoría parlamentaria. Igual sucede en España. El jefe de Estado está reducido a tareas mas que todo de tipo protocolario, como nombrar al primer Ministro, pero cuando ya ha pasado esa selección por el pueblo y por el Parlamento, para citar un ejemplo.
En cambio el jefe de Gobierno o primer ministro se lleva casi todo el poder porque forma gobierno, puede disolver el Congreso, nombra gabinete, maneja la política internacional, aunque puede ser derribado por el Congreso cuando pierde el respaldo de las mayorías parlamentarias.
Tito Livio Caldas (El Tiempo,Lecturas-9-VI-07) trae como argumentos que favorecen el sistema parlamentario los siguientes: 1) No está sujeto a periodos . 2)Mejor
Sistema de control y cambios en el gobierno. 3) Ambito óptimo de actuación y vida de los partidos. 4)El caudillismo es menos frecuente en el sistema parlamentario. 5)Eliminación de incompatibilidades entre jefe de Estado y jefe de gobierno.
6) Institucionalización de una oposición responsable. 7 ) Ejecutivo fuerte y partidos consolidados. 8) Posibilidades de cumplir programas de gobierno o partido. Todos estos argumentos tienen muy buena presentación pero no se dan en una sociedad como la nuestra. En primer lugar, no podemos derivar el poder de un primer Ministro del parlamento, pues se trata de una institución que no tiene el grado de legitimidad que tiene hoy el Presidente, para decir lo menos.
Así pase por el voto popular sin embargo viene a reflejar el querer de las mayorías parlamentarias y nosotros tenemos la experiencia de que es más votada la elección presidencial que la parlamentaria y que muchas veces se presenta ese divorcio marcado por el mismo pueblo de que apoya a un presidente mayoritariamente así no se refleje esto en el Congreso. Ampliación: raulpachecoblanco.blogspot.com
Que exista mayor control tampoco es cierto, pues podemos ver cómo en el caso de Tony Blair su propio partido estando en desacuerdo con la política que estaba llevando a cabo, como por ejemplo , acompañar a Bush en la invasión a Irak , no se propuso moción de censura contra él y apenas esperó a que pasara el tiempo para que fuera el mismo pueblo el que le diera su trechazo.
Al haber mayor solidaridad de partido , hay menor control político.
En cuanto a los partidos no es que el sistema parlamentario lleve a la constitución de bancadas sólidas, sino al contrario, el sistema requiere de partidos debidamente estructurados, con su cuerpo de doctrina y su andamiaje de partido
En cuanto al caudillismo se trasladaría alrededor del Primer Ministro ,pues se trata simplemente de un cambio de posición, porque la calentura no está en las sábanas: si la sociedad es caudillista, necesariamente se refleja a través del Primer Ministro como ahora se refleja a través del Presidente.
Además todos estos argumentos caen por la base, pues como señalábamos al principio: el poder presidencial tiene mayor legitimidad que el parlamentario.
Después de todos los escándalos que ha habido en torno a los parlamentarios, bien sea por uno u otro motivo, el pueblo no vería atractivo alguno trasladar el asiento del poder al Congreso a través de un Primer Ministro .
Que el ejecutivo vaya a ser más fuerte en el sistema parlamentario que en el presidencial es bastante discutible, porque bien se tiene la experiencia de la cuarta república francesa , cuando el Primer Ministro escasamente resistía unos cuantos meses en el poder y venía la moción de censura y lo sacaba del juego. Y esto magnificado en el escenario político doméstico por nuestra condición burocrática en que los parlamentarios no marchan sino a base de puestos y si éstos no se dan, el gobierno rueda por el piso.
También hemos tenido los juiciosos comentarios de Eduardo Posada Carbó en El Tiempo, quien insiste en el sistema presidencial tal como está, pues hasta el momento nadie tiene claro cual sería el modelo apropiado para Colombia en este momento. Y se aferra en tal forma que no ve viable el abandono del presidencialismo , así sea del atípico modelo francés.
Pero en este debate hay dos cuestiones: La una tiene que ver con el sistema parlamentario sugerido por Alfonso López Michelsen y Tito Livio Caldas entre otros, y la otra con el semipresidencialismo francés que propone German Vargas Lleras y no le disgusta al Gobierno.
En el primero la preponderancia es parlamentaria , mientras que en el segundo la tiene el Presidente.
En el sistema presidencial se reparte también el ejecutivo entre un jefe de estado y un jefe de gobierno , pero el Presidente tiene estas funciones: nombra Primer Ministro, preside el consejo de ministros, convoca a referendo, maneja la política internacional , es jefe de las Fuerzas Armadas , decreta estados de excepción, puede disolver el Congreso y no puede ser derribado como el Primer Ministro en el sistema parlamentario.
En tanto que el Primer Ministro dirige la acción del gobierno, escoge gabinete, se entiende con el Congreso , asistiendo a sesiones y debates , articula la política con los gobernadores, nombra directores de departamentos administrativos y puede ser derribado por el Congreso y él no puede disolver las cámaras.
Con este esquema de funciones nos podemos formar una idea de lo que es el sistema semi-presidencial y su diferencia con el sistema parlamentario.
El sistema presidencial tiene problemas, no cabe duda, pero no está en crisis como se pretende alegar. Consideramos sí, que en cuanto a funciones éstas pueden ser repartidas para aliviar un tanto el peso de la administración y también para evitar la concentración.
Con el trabajo realizado por el Presidente Uribe se puede ver muy claro, la cantidad de frentes que tiene que atender un presidente y que presidente Uribe no habrá en todos los dias , pues esa capacidad de trabajo y de entrega , que sepamos, no la tenido un presidente, así exista el mito del presidente Lleras Restrepo.
Luego perfectamente cabe ese fraccionamiento del ejecutivo pero sin que se pierda la preponderancia presidencial, que en el imaginario colombiano tiene una mayor validez que la parlamentaria.
Repartidas así las funciones, queda un Presidente como garante de estabilidad , mientras que el Primer Ministro aguanta los quines del desgaste del poder y puede ser relevado , permitiendo una válvula de escape para el descontento y dándole nuevo aire al gobierno.
En el actual sistema presidencial colombiano el Presidente tiene que repicar y andar en la procesión.
Perfectamente cabe el fraccionamiento para darle más eficacia a la acción de gobierno y para permitir más espacio a la inconformidad.
Bien vale la pena continuar el debate que no solamente se hace en Colombia, sino en otros países de Latinoamérica, como México y Chile, para citar dos ejemplos.
O si no, innovemos. Démosle funciones al vice-presidente repartiéndolas con el Presidente. Porque como están las cosas y no por la persona que ocupa el cargo, sino por culpa de la constitución, el vice-presidente es un zángano.

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