viernes, 23 de septiembre de 2016

¿SI LE ALCANZA A HUMBERTO DE LA CALLE?


Por: RAUL PACHECO BLANCO.

Uno no sabe si será suficiente la culminación del proceso de paz con las Farc para que Humberto de la Calle se consolide como el candidato  más opciónado a la presidencia en 2.018. Porque si hubiera  una relación directa entre un suceso histórico y una candidatura presidencial como consecuencia de esas expectativas, no se pondría en duda el indudable éxito de una candidatura como la de Humberto de la Calle. Pero estamos en Colombia y las sucesiones presidenciales tienen raíces muy profundas, que no obedecen a hechos recientes, sino a la tradición de ciertas casas presidenciales que en lenguaje hiedeggeriano se convierten en un ser- para- la- presidencia. Y el turno ya está asignado desde hace tiempo para  Vargas Lleras. Y más cuando se trata de alcanzar a la casa Ospina, con tres mandatarios como lo fueron Mariano Ospina Rodríguez, el fundador del conservatismo, el general Pedro Nel Ospina y Mariano Ospina Pérez. Esto viene de la historia, pero De la Calle viene del momento. Uno se puede distraer con lo que está sucediendo ahora y puede sacar conclusiones falsas, como que una causa tiene  unos  efectos necesarios. Y en este caso el proceso de paz y el posible triunfo del sí en el plebiscito, son la causa y el efecto es la escogencia de un candidato presidencial que nace precisamente de la dialéctica de ese alumbramiento. Aquí podemos preguntarnos: ¿El Frente Nacional produjo a los Lleras y los llevó a la presidencia? Pero la familia Lleras venía desde el siglo XIX cuando don Lorenzo Maria Lleras se asentaba dentro de las clases dirigentes de la época y el apellido fue tomando fuerza hasta incorporarse definitivamente a la historia del país. Lo mismo que la familia López con  el jefe de los artesanos de esa época. Y eso que tuvo que sortear etapas difíciles como  la generación del Centenario, pues dos líderes de la talla de Gabriel Turbay y de Jorge Eliecer Gaitán, tuvieron que sufrir su discontinuidad porque no encajaban con la sucesión del poder que estaba destinado para las familias que habían echado raíces suficientes para permanecer en la política. Luego el lecho del rio es el que se impone y el caudal, que es solo de un momento, desaparece en el largo recorrido de las aguas hacia el mar. Pero lo que se ve hasta el momento es que el juego político no se sale de estos dos nombres: De la Calle y Vargas Lleras.



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