viernes, 16 de octubre de 2015

MEMORIA DE UN GOLPE


 

POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

 

Según Pablo Victoria, quien a la sazón era parlamentario por el Valle del Cauca,  se  iba a dar un golpe de estado contra Ernesto Samper. Y no era precisamente el de Hugo Mantilla, quien trabajaba para el ejército bajo las órdenes del general Zúñiga, comandante de las fuerzas armadas. La pregunta es por qué no se dio y la respuesta la da el mismo Victoria  cuando dice que el general Bedoya mató el tigre y se asustó  con el cuero. Según el último capítulo de su libro Memoria de un  Golpe ( Planeta, Octubre 2015), cuando el 24 de julio de 1.997 fue llamado el general Bedoya al despacho del primer mandatario para pedirle la renuncia de comandante del ejército, el general contestó que no “renunciaría a sus deberes para con la patria” y se retiró en forma airada. El presidente se quedó  esperando su renuncia, mientras él se iba para la comandancia de las Fuerzas Armadas para conversar con su gente. Y dentro de una escena que dio mucho que decir, sus subalternos, gritaban, “general no se vaya “, y luego: “ordene, ordene mi general. El general Bedoya se tomó  todo su tiempo, sacó de su guerrera  el discurso que llevaba escrito y lo leyó.  El suspenso era histórico y se decidía tanto la suerte de Samper como la del país.  En ese momento entró  al quite Pablo Victoria quien había llegado al comando con tiempo, y gritó: “ Usted, general, no puede decirlo, pero yo sí  puedo decirlo:! abajo el gobierno!.  Y el comando  gritaba en coro : ¡ Abajo!. Olía y sabía a golpe de estado. Se palpaba en el ambiente. Toda la oficialidad gritando: !abajo el gobierno! El presidente Samper estaba caído. Esto sucedía el 25 de Julio de 1.997, es  decir, al día siguiente de haberle pedido la renuncia el presidente. Pero contra todo pronóstico, el general Bedoya dijo que se retiraba del comando de las fuerzas armadas. Ahí entró  la decepción a adueñarse de todos los espíritus presentes y echaban de menos los nervios del general Rojas Pinilla.  El último capitulo deja la duda de si el golpe ya estaba completamente preparado, cuando tiempo después el general Bedoya le dijo a Pablo Victoria: Usted tiene la culpa de que yo no hubiera dado el golpe de estado. Porque si usted me hubiera esperado en Catam - el aeropuerto militar- y me hubiera dicho que había ese clima golpista en el Comando, la historia habría sido diferente”.

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