POR: RAUL PACHECO BLANCO:
Juan Manuel Santos en un momento dado encontró que su enemigo a vencer era Alvaro Uribe, pues se había adueñado no solamente del partido liberal, sino también del partido conservador, para hacer una gran mayoría.
Y el texto de Maquiavelo le indicaba : si tu no puedes con tu enemigo, únete a él.
Y así lo hizo. Se unió a Uribe y no solamente se unió , sino que se convirtió en el hombre de confianza y, aún más, en su relevo natural. Nadie dentro del partido liberal expresó mayor admiración por Uribe que él y, no solamente admiración, sino seguimiento de sus tesis, de su gobierno, de sus órdenes, de sus caprichos, hasta el de la reelección, porque Santos estaba dispuesto a cargarle ladrillo a la segunda reelección, si la Corte Constitucional no le hubiera echado nones jurídicamente a esa salida.
Fue su ministro estrella y se ganó la maratón de adhesión al presidente.
Pero el objetivo de fondo de Juan Manuel Santos no es seguir perteneciendo al uribismo, sino el de crear el santismo del siglo XXI, para enfrentarse ideológicamente con el socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez. Por ahora, su cuerpo de doctrina lo ha recibido del uribismo : seguridad democrática, clima propicio para la inversión, cohesión social . Sin embargo, él, como todo líder que se respete, tiene su propia ideología y su propio programa. En su caso, su meta es la tercera vía de Tony Blair, que es una socialdemocracia sin uñas, en donde lo importante es ayudar por parte del estado a que las empresas crezcan, se desarrollen y se conviertan luego, en las financiadoras del bienestar de la población, mediante una mayor carga impositiva, para así poder lograr los objetivos de carácter social. De acuerdo con estas tesis, se identifica con el uribismo, que ha creado ese clima propicio para la inversión y para la capitalización de las empresas, pero ahí se quedó. En tanto que él, quisiera seguir, para que en la próxima etapa, entre a exigir a esas empresas que tanto han ayudado a Uribe a sostener y financiar sus campañas y gobiernos, entren , repito, a repartir beneficios a las clases medias y bajas. Para eso se consiguió a Angelino Garzón , como la imagen de la cuestión social , para imponer ahí si, la justicia distributiva. Al menos en teoría. Eso en materia programática e ideológica, pero en materia política, las cosas apuntan hacia la creación de la Concertación chilena, que implicó la unión de los socialistas con los democristianos y otros partidos menores. Y hacia allá vamos.
Si los resultados indican que los ganadores de la primera vuelta, serán Juan Manuel Santos y Antanas Mokus, Santos va a contar con la adhesión de Noemí , de César Gaviria y de Germán Vargas, para poder ganarle a Mokus. En esas condiciones, se crea una Concertación de hecho, pues implicaría la unión tácita del liberalismo, del conservatismo y de Cambio radical, es decir, la derecha. Y a Mokus le queda el centro y la izquierda. El siguiente paso de Juan Manuel Santos, ya cuando se encuentre consolidado, será el de constituirse él, en jefe de su grupo, sacando por la borda al ex presidente Uribe, para ese entonces. Y cuenta con la colaboración de Cesar Gaviria, para esa operación de alta cirujía , quien se cansó de ser oposición y quiere llegar al gobierno a como dé. Y al conservatismo que quiere continuar siendo gobierno. Ya para ese entonces, le estorbaría Uribe y de ahí que su nueva meta sea esa : la de suplantar y echar por la borda, al jefe de la víspera. Amanecerá y veremos.
jueves, 15 de abril de 2010
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