jueves, 4 de enero de 2018

LAS GRANDES DECISIONES



POR: RAUL PACHECO BLANCO

 

Ya es tiempo de tomar las grandes decisiones en política. El tiempo apremia. La candidatura de Fajardo ha tomado un sesgo muy personal y envalentona a sus seguidores para poder consolidar una aspiración a la presidencia. Pero como ya lo sabemos, con lo que cuenta no es suficiente para lograr su aspiración. La dinámica de la política en Colombia está pasando por las coaliciones. Fuera de ellas no hay salvación. De ahí que al presidente Uribe le está cogiendo lo tarde para llegar a cuajar una fórmula que dé resultados tangibles. Se ha unido con el presidente Pastrana para conformar una coalición, pero ésta no es suficiente  para alcanzar la presidencia. De ahí que si bien la dinámica de la política llevaría forzosamente a uniones de identidad, es mejor asegurar de una vez, la fórmula que lleve a obtener el triunfo. Esa fórmula está en la llave que entrarían a formar Vargas Lleras y María Lucia Ramírez. Porque si se esperan a que la primera vuelta decida las supremacías, las llaves que se presenten a la primera vuelta son inmodificables. El expresidente Uribe debe tomar conciencia  que su nombre es garantía de éxito electoral, pero  al no figurar en el tarjetón , el electorado no responderá en la misma forma. Y también debe tener en cuenta que el nombre de Vargas Lleras en este momento es definitivo, tanto por lo que representa su apellido a través de la historia, como por el resultado de su trabajo político en la vicepresidencia, en donde no dejó lugar sin cubrir de la geografía colombiana, para realizar obras. Un trabajo de cuatro años recorriendo el país palmo a palmo, con la chequera presidencial en la mano, para cuajar una obra de pre-gobierno. Esos dos factores, el del apellido, que tiene amplia resonancia histórica, como la obra de infraestructura vicepresidencial, justifican el encabezamiento de una fórmula presidencial fuerte. Y si Marta Lucia Ramírez se aventura a presentarse en una primera vuelta como cabeza de fórmula, correría el peligro de no quedar incluida en la fórmula presidencial para la segunda vuelta. En cuanto a la otra coalición las cosas se complican, por el crecimiento de Fajardo en detrimento de las aspiraciones presidenciales de De la Calle, quien podría terminar sumándose a Fajardo y no al contrario, como el juego político alcanzaba a decirlo. Por eso las coaliciones definitivas deben hacerse antes de la primera vuelta y no dejar para la segunda, que implica ya una aventura de difícil pronóstico.

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