jueves, 31 de agosto de 2017

¿QUÉ BUSCA EL FISCAL?

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 
El actual fiscal Néstor Humberto Martínez es un  personaje omnisciente: está en todas partes. En la empresa privada o en los cargos públicos. Inclusive se crean cargos especiales para él como el superministerio en la presidencia de Juan Manuel Santos, a donde llegó pero con el objeto de estar en otra parte: porque cuando estaba en el gobierno, todo el mundo sabía que estaba buscando la Fiscalía. Y tejió la malla con tal maestría que evidentemente fue elegido fiscal, con todos los honores. En un principio pareció ser una ficha del presidente, porque tan pronto comenzaron las acusaciones del senador Bula, él se anticipó a absolver al gobierno y dejar la cosa en manos del Consejo Electoral, que es una oficina administrativa y no judicial. Pero lo que más intriga es el afán de llegar a la Fiscalía. Parecía que ya no llegaba, según el afán que se le salía  por todos los poros. El sabía  o intuía que en la fiscalía estaba la jugada, que por la fiscalía irían a pasar muchas aguas sucias a las cuales se debía anticipar, o estar ahí  al menos, para hacer algo, o tratar de hacerlo. Y así fue, de los Estados Unidos empezó a llegar información sobre los negociados de Odebrech y puso el oído y luego las manos para activar su capacidad de investigación. Y se encontró con lo que buscaba: es decir, que había un entuerto de la madona en donde no se salvaba nadie. En que la campaña de Santos había recibido dinero y  nada menos que el zar anticorrupción, el doctor Moreno  estaba más untado de lodo, que la iglesia de Armero luego de su deslizamiento. Y si en un primer momento tuvimos la sensación de que el fiscal obraba de acuerdo con el gobierno, al fin y a la postre, se le vieron otras uñas, sacándoselas a cuanto personaje apareciera, para inculparlo y ponerse al día en las preferencias de la opinión pública. Ya la gente se maravillaba de verlo tan severo, tan estricto. Una periodista tan respetable como María Isabel Rueda, si antes sospechaba de él, ahora no acaba de elogiarlo, de ponerlo por las nubes. A estas alturas su prestigio raya en lo más alto y pone las cosas en su sitio. Pero sigue el misterio. ¿Qué busca el Fiscal: trabaja para alguien más alto, o busca una candidatura presidencial para más adelante, o quiere ser un fiscal con toda la barba? Porque caben todas estas posibilidades.

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