viernes, 18 de septiembre de 2015

EL LIBERTADOR EN COLOMBIA



POR:  RAUL  PACHECO  BLANCO.

 
Anda muy descaminado el presidente Maduro de Venezuela cuando se lamenta de la animadversión que existe en Colombia con el nombre del Libertador Simón Bolívar. Nada más lejos de la realidad. Uno desde pequeño recibe casi al tiempo con el bautismo, la veneración hacia Bolívar que luego le va a ser inculcada en el liceo, en el colegio y en los parques de nuestras ciudades en donde no falta nunca la efigie del padre de la patria. Uno viene a saber que Bolívar era venezolano mucho después de aprender a venerarlo como  un prócer de la patria. Antes por el contrario, ha habido más animadversión contra el general Santander, a tal punto que se acuñó  la frase célebre del santanderismo para asimilarlo al leguleyismo. Y hubo personajes que se dedicaron a rastrear la vida del general Santander para encontrarle toda clase de defectos, que cicatero, mala gente, defraudador  del tesoro público, como fue el caso de Laureano Gómez, quien escribió muchos ensayos en su contra. No se le perdona  el hecho de haberle quitado la casa a Nicolasa Ibáñez, luego de haber tenido relaciones con ella durante mucho tiempo, como tampoco cierto empréstito. A Simón Bolívar solo se le hacen acusaciones por su apego hacia las mujeres, su ánimo conquistador y pare de contar. Lo demás son consideraciones de carácter político, la concepción del estado fuerte, de los gobiernos autoritarios. Por lo demás, todo son elogios hacia su figura. Precisamente uno de los aspectos más relevantes en la historia de su vida y en la historia del país, está la conjura contra él, en donde se relata el papel cumplido por Manuelita Sáenz que no permitió  que al Libertador lo hubieran liquidado en ese siniestro día de su atentado. Eso se enseña en todos los colegios como un baldón para el país y siempre se trae  a cuento el papel jugado por Santander, de estar dentro de la trama del hecho, pero sin mostrarse demasiado. Antes se resalta la magnanimidad del Libertador , cuando a instancias de Bernardina Ibáñez le cambia la sanción de pena de muerte por el destierro, que vino a ser una de las etapas más placidas para el hombre de las leyes, cuando se codeó con la nobleza europea, conoció  sus mentores intelectuales y se rodeó  de la mejor vida posible. Tanto Hugo Chávez  como el presidente  Nicolás Maduro y mucho venezolano desinformado han echado a volar la especie de una supuesta consigna colombiana para desprestigiar al Libertador.

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