POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Me costó mucho trabajo leer a la premio Nobel canadiense
Alice Munro. Pasé por todos sus
capítulos sin romperlos ni mancharlos
porque no encontraba un verdadero agarre en la narración. Pero ya al llegar a los últimos capítulos la novela toma forma y color y se impone el
relato verídico y honesto de la vida íntima
de la mujer que hace cobrar vida a la novela.
Lo característico de Alice Munro es su capacidad para la
descripción. Es inmensamente detallista, se pasea por aquí y por allá y siempre
encuentra algo para tener en cuenta, para ponerle escenarios adecuados a sus
personajes. De ahí que esa descripción abandonada hoy por casi todos los
autores con el fin de ganar ritmo e intensidad en la narración acortando el tiempo, en ella resulta lo más
relevante y se toma todo su tiempo con inmenso solaz para adecuar los
ambientes, para dejarlos bien arreglados, para captar las expresiones de sus
personajes, tanto, que casi queda en el olvido el relato de los hechos. Pero
los hay : por ejemplo la vida del tío
Beny es demasiado cruel, pues por medio de un aviso de periódico busca
compañera y le aparece una candidata que inmediatamente le acepta, tratando
también de poner fin a sus desgracias. El Tío Benny va a por ella y se la trae junto
con su crio. Pero qué enhuesada. Al poco tiempo
ya estaban aburridos el uno del otro y no les queda más remedio que
poner distancia en la relación. Tras de
ese fracaso amoroso la vida sigue para
el tío Benny. Y luego trae la historia de otro tío, hasta llegar al meollo de
la novela que son las experiencias de las adolescentes cuando van llegando al
sexo. Ahí tiene la novedad fresca de un relato hecho por una mujer de esos
momentos, cuando estamos acostumbrados a que un
hombre sea el narrador de esas experiencias femeninas. De ahí el encanto
original que tiene el relato. Tal vez la magia, la truculencia, el expresionismo
de la novela actual nos ha acostumbrado a buscar hechos punzantes, crueles,
violentos y en la Munro no se encuentra nada de eso. Quizá se encuentre ahí la dificultad de abordarla .
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