sábado, 24 de noviembre de 2018

EL ROBIN HOOD DE LOS RICOS


POR: RAUL PACHECO BLANCO

 
No hay duda que Humberto Martínez Neira se ha sacrificado en exceso por dar rienda suelta a su generosidad de abogado litigante y a su vocación mesiánica de defender causas que sean bien pagadas. Ese es su caso. Por eso se ha sometido  a situaciones apretadas, en que la sangre fría es la que se impone o de lo contrario todo naufraga y, pasa por momentos verdaderamente asfixiantes que solo la inteligencia y la habilidad son capaces de sortear.

El quiso por encima de todo defender a su cliente, el primer banquero del país, con base a honorarios seguramente muy bien tasados y de ahí que con gran astucia se inventó toda una estrategia de defensa que está llevando a cabo, con precisión y, desde luego, enfrentando cosas imprevistas, pero al final, todo le viene resultando.

 Como las cosas iban a ser difíciles para su patrón cuando hubiera pasado el tiempo de los negocios con Odebrech, se necesitaba que alguien estuviera al frente del cañón para sortear cualquier momento difícil y para eso nada mejor que hacerse elegir como Fiscal.

Por eso lo vimos tan atareado en esta faena, que cumplió a cabalidad con una fuerza que implicaba un hecho irreversible. Ya en el cargo, empezó a dominar la situación y le cargó el acento a quien se pusiera por delante, investigó y sacó conclusiones y dispuso el ajedrez para sus piezas maestras, siempre vigilante para que su patrón no resultara lesionado.

Su vigilia es constante y un desvelo por cualquier desliz, que los ha cometido, pero siempre tratando de enderezar las cosas. En primer lugar ha sido implacable en sus investigaciones y decisiones, mostrando una clara voluntad de acertar, pero siempre con el objetivo de fondo, que es salvar el pellejo de su representado, o de su poderdante.

Ha sido tal su celo, que ha deslumbrado a medio mundo, dando mazazos a diestra y siniestra, pero como siempre con el ojo fijo en su objetivo central. De ahí que su papel de investigador ha sido calificado hasta por sus enemigos de admirable por los resultados obtenidos hasta ahora.

Sin embargo, ya a estas alturas del partido le queda muy difícil no dejar al descubierto su papel de componedor, con metas precisas y que han despertado el olfato de todos los sectores, como aquella de  nombrar un fiscal ad-hoc, con el cual se quiere salvar algo de todo lo hecho por Néstor Humberto Martínez hasta ahora.

Pero la opinión pública de veras no ve esta medida como suficiente, cuando ya salta de bulto el quid de la trama y se hace imperiosa la salida del Fiscal, y que no nombren un ad-hoc, sino a un Fiscal con todas las de la ley.

viernes, 9 de noviembre de 2018

LA DEMOCRACIA LATINOAMERICANA


POR: RAUL PACHECO BLANCO

 
Si algo le dice al mundo sobre el adelanto de la democracia latinoamericana es la actitud del poder judicial mostrado en varios países por recientes acontecimientos políticos. El poder judicial se ha encargado de poner un punto muy alto cuando diversas fuerzas políticas atropellaban y querían llevarse por delante el estado de derecho. Más no fue así, por la actitud de esos jueces y magistrados que sacaron la cara por la democracia en el continente.

 Dígalo sino el caso de Brasil, donde todo iba desbordándose al calor de la lucha que libró en ultimas Lula Da Silva, tanto para no dejarse capturar, como para insistir en su candidatura presidencial, que no tenía piso alguno de legalidad, así se alegara una legitimidad que le daba un pueblo mayoritario.

Pero salió el juez Moro y le puso el tate quieto al caudillo popular, quien tuvo que plegarse y resignarse a empezar su pena de prisión en la cárcel de Curitiba.  Restablecido el hilo conductor de la legalidad, Brasil votó en santa paz en sus elecciones presidenciales y llevó a la presidencia al capitán Bolsonaro.

Otro tanto sucedió en Perú, cuando el presidente Kuczysinsky sin ninguna clase de escrúpulos negoció con el fugimorismo su permanencia en el poder, concediéndole  el indulto al expresidente Fujimori, cuando se concentraba en hospitales para sacarle el cuerpo a la prisión. Y si el presidente Kuczysinky no tuvo escrúpulos un juez sí los tuvo y devolvió la historia hasta dejar sin piso el indulto y reducir a prisión a Fujimori nuevamente.

Y además, con llevarse a la cárcel a su hija la líder Keiko quien había adelantado  el desarrollo político para salvar a su padre de la cárcel. Los dos están ahora detenidos y el orden jurídico fue restablecido en Perú. Lo mismo ha sucedido  en Argentina, donde el poder judicial ha puesto los ojos en la expresidenta Cristina Fernández, quien ha sido tratada como un  ciudadano común y corriente, ante la expectativa de ella de sentirse más allá del bien y del mal por haber sido presidenta de Argentina. Y para cerrar el ciclo, en el Ecuador, Rafael Correa también ha tenido que enfrentar a un  poder judicial empoderado, que trata de aplicar la ley por encima de todo, no importa los títulos que tenga el infractor, quien se consideraba que tenía toda clase de licencias cuando ejercía el poder.

viernes, 2 de noviembre de 2018

LA FAMILIA QUE ME TOCÓ


POR: RAUL PACHECO BLANCO

Se queja Enrique Santos en su libro de memorias, del país que le tocó vivir, con cierta razón, pero sin tener en cuenta que lo más importante no es esto, sino  la familia en que le tocó nacer, pues ésta lo determinó, lo situó y lo proyectó. Sin esa familia no hubiera llegado a donde llegó. Y nos atreveríamos a decir que Alvaro Uribe sin la familia Santos tampoco habría llegado a donde ha llegado y sigue llegando, si nos atenemos a que Colombia ha sido un país tradicional, reverente con sus familias ancestrales, a las cuales ha llevado al poder sucesivamente.

 En este medio pertenecer a una familia como la Santos que viene desde la época de la Independencia, con Antonia, la prócer mayor de la dinastía, pasando por Eduardo el presidente de los años Veinte, que se disputó con Alfonso López la historia de Colombia durante un largo trayecto. Y que fundó el periódico más importante del país, que ponía presidentes y orientaba la opinión pública, hasta llegar a la presidencia de su hermano menor, que le duele en su primogenitura y, para colmo de males, pasar por la vicepresidencia de su primo Pacho, que según  la familia es un  tanto caído del sarzo, ya había de por si una predestinación.

Por eso se le facilitaron las cosas y se lanzó a fundar una revista de izquierda, Alternativa, con  soporte de la chequera del premio Nobel de literatura, Gabriel García Márquez.

Y después de quemar ese cartucho en donde le fue bien en el aspecto periodístico, pero mal en lo económico, no se fue a las barriadas a combatir con el pueblo y a aguantar hambre, sino su periódico lo recogió y lo mandó de corresponsal a Paris.

Le fue tan bien como al general Santander cuando Bolívar le cambio la pena de muerte por el destierro a Europa, donde se codeó con la nobleza europea y disfrutó de un asilo asistido.

Eso sí, se mantuvo fiel a su papel de periodista y nunca rompió las normas dictadas por su tío Eduardo para sus familiares que debían escoger entre el periodismo y la política, pero no mezclarlas.

Pero en esto tuvieron razón tanto Pacho Santos como su primo Juan Manuel, de no obedecer esas pautas y lanzarse a la política, cuando la sangre de Antonia los llamaba desde el siglo XIX.

 De ahí que la vida de Enrique Santos se confunde con la de la república misma, porque si bien es cierto se dedicó al periodismo, el estar cerca del poder, siempre, le dio la oportunidad no tanto de asistir, como de hacer y realizar acontecimientos que son privativos de los escogidos.

Por eso quedó su impronta en el proceso de paz, pues él fue prácticamente el iniciador de los diálogos con la guerrilla y factor decisivo en la implementación de los acuerdos con las Farc.

Y si su interés siempre estuvo de lado de la institucionalidad y de su clase, su corazón se ablandó con las Farc, a la cual se le concedió todo lo que pidió y que tiene al borde de la crisis el proceso por el rechazo que suscita entre el pueblo colombiano que padeció el escozor de las Farc.

Y en forma muy inteligente hace en su libro toda clase de críticas al proceso, sobre todo a su hermano menor, pero para terminar elogiándolo y salvándolo para la historia. En medio de todo fue fiel a sus propuestas. Le fue fiel al periodismo, porque nunca se salió de él; a su familia, porque si se ríe de su primo Pacho y critica a su hermano Juan Manuel, termina alabando a éste, y a las Farc, porque le dio vía libre al plan que ellas se forjaron y que maduró en las manos de Hugo Chávez, quien fue el verdadero propiciador del proceso para insertar a Colombia dentro del juego continental del socialismo del siglo XXI.