POR: RAUL
PACHECO BLANCO.
En alguna oportunidad el general Uribe Uribe llegó a decir
que el liberalismo debía abrevar en las canteras del socialismo. Y esto mismo
se dio a nivel mundial, pues los liberalismos fueron buscando acomodo o
aprovechando formulas socialistas en sus gobiernos, a tal punto que en el juego
político llegaron a confundirse. Por lo menos se encontraban en muchos
aspectos. Pero cuando hizo irrupción el stalinismo, ya las cosas empezaron a
cambiar, porque los liberales no le siguieron jalando al socialismo, ya en la
versión comunista y, decidieron cortar
por la sano. Ese es el caso de Mario Vargas Llosa, de Plinio Apuleyo Mendoza en
nuestro país, y muchos liberales que se sintieron ya desligados de ese antiguo
fervor por el discurso de izquierda. Y después de afirmar la inevitable imposición de la revolución bolchevique en el
mundo, se quemaban cartuchos socialistas en uno que otro país, hasta llegar al gobierno
de Mitterand en Francia . El mundo esperaba
con interés el paso del capitalismo al socialismo, en una forma democrática,
evolucionada, sin revolución. Se pronosticaba la gran maravilla del siglo
XX bajo el punto de vista democrático. Pero
no hubo tal. Cuando se quiso nacionalizar empresas y avanzar el estado hasta la
propiedad de todo el aparato productivo, Mitterand se abstuvo de hacerlo. El
hecho de la ineptitud del estado para adelantar un propósito de semejante envergadura,
lo frenó. Y el fenómeno que se esperaba no se dio. Y lo mismo le ocurrió a Felipe
González en España. Cerrada esa etapa en que podía el socialismo clásico
adueñarse del escenario, solo quedó pendiente lo que podía hacer en definitiva la
socialdemocracia. Y evidentemente, con realismo, la socialdemocracia transformó
a Europa y la convirtió en estados de
bienestar, o mejor, en estado social de derecho. Eso fue lo que quedó. Y como
si tal, en 1.989 se vino al suelo toda la estructura comunista que Gorbachov
trataba inútilmente de transformar o por lo menos evitar el derrumbe total, que
al fin se vino. A partir de ahí, el socialismo de todos los pelambres, incluido
el comunismo, se quedó sin ideas y sin
banderas. Y si ayer, como Uribe Uribe había necesidad de abrevar en las canteras
del socialismo, ahora se ven las cosas al contrario y el que debía abrevar en
las canteras del liberalismo, debía ser el socialismo. Como está ocurriendo,
pues los movimientos de izquierda que abonaban el socialismo, ya dieron todo lo
suyo en el campo social y solo encuentran escampaderos en el tema cultural,
terciando hacia el liberalismo, con el apoyo al aborto indiscriminado, el divorcio,
el matrimonio homosexual, la
eutanasia, la libertad absoluta de
expresión, es decir, todo aquello que hace el liberalismo desde que se fundó hasta ahora, recogiendo experiencias de aquí y
de allá. En el campo social ya no se hacen las propuestas de antes, todo el paquete
o todo el modelo que se elaboraba como un dogma que debía imponerse por encima
de todo y que no funcionó en la práctica. Se vienen de nuevo a encontrar el liberalismo y la
vieja izquierda ya sin banderas.
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