POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
La concentración del poder en Venezuela no es nada nuevo.
Antes por el contrario, ha sido una constante
en su historia a partir de la independencia. Primero fue José Antonio Páez, quien se erigió en líder nacional mientras Bolívar lograba la independencia de
otros países y se desentendía un tanto de su patria. El León de Apure dominó a
su antojo la política venezolana durante esos comienzos y ni Bolívar pudo aconductarlo, pues mientras
Bolívar construía un modelo de región, Páez en cambio institucionalizaba un modelo de país. Páez era la
parroquialización de la política ambiciosa de Bolívar. Pero en todo caso, Páez estuvo en
el poder desde 1.830 hasta 1.847. Y ahí
no para la cosa, pues el siguiente caudillo, José Tadeo Monagas, repitió
presidencia. Primero de 1.847 hasta 1.851 y después de 1.855 hasta 1.858. Y
Antonio Guzmán Blanco, también repitió periodo, que va desde 1.870 hasta 1.877
y de 1.883 hasta 1.888. Para cerrar con broche de oro nada más y nada menos que
Juan Vicente Gómez, quien los superó a todos, pues su periodo no se interrumpió
desde 1.908 hasta 1.935 y eso porque lo
sorprendió la muerte. Venezuela solo ha tenido una democracia balanceada cuando aparece la
generación de Betancourt y Caldera y durante
ese tiempo los dos partidos, Acción Democrática y Copei, se alternaron en la
presidencia. Y Chávez entra en el juego a partir de 1.998 cuando recibe el poder de
Rafael Caldera. Luego no es nada exótico que el coronel entre a perpetuarse en
el poder, porque esa ha sido la tradición. Lo cierto es que Hugo Chávez ha sido
un líder sólido, con un programa social definido, pero contando con la sensatez
del pueblo venezolano, que le ha impedido llegar al dogmatismo cerrado del
comunismo. En eso ha sido más sabio el pueblo que el caudillo. Pero Chávez le
apunta por donde es, que en el caso latinoamericano no es otra cosa que la
lucha contra la pobreza y Chávez ha bajado los indicadores en forma positiva.
La gente lo que quiere es casa, educación y salud. Lo demás vendrá por
añadidura. Y Chávez ya ha conquistado una amplia franja de seguidores que han
salido de la pobreza o de la pobreza extrema y eso amarra. La parte débil son
las garantías de otros derechos, como la libertad de expresión, de prensa. Eso
le ha valido la condena universal y regional. Otra cosa singular que ha hecho Chávez, ha sido el propiciar casi
una revolución sin necesitar de base constitucional, porque con una herramienta como la ley habilitante, ha
logrado los poderes que ha querido para sacar adelante su revolución. Claro
está que el caso de Venezuela es atípico, pues se trata de una economía
petrolera, que en mucho se asimila a los emiratos árabes y de ahí que se bata
con subsidios y demás apoyos para sacar adelante sus planes. Se le ha ido la
mano en la ayuda exterior, fungiendo de potencia al regalar petróleo a Cuba y
demás países centroamericanos que giran
en su órbita, lo que ha producido fenómenos económicos que comprometen la buena
marcha de su gobierno.
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