POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
La física cuántica nos ha llevado a descubrir que la última
partícula de la materia, el átomo , que para la física tradicional era
indestructible, se puede romper y
convertirse en otras partículas más diminutas todavía. Eso le ha pasado al partido conservador, que si bien es cierto ha soportado a través de
su historia divisiones por un lado y por otro, como es el caso de nacionalistas
e históricos en el siglo XIX , ospinistas y laureanistas en el siglo XX, el
leyvismo, el alzatismo, el alvarismo y el pastranismo, sin embargo no llegaban
hasta el núcleo, sino que luego de separarse volvían a su centro. Ahora en cambio el núcleo se ha roto. No hay divisiones ni fragmentaciones, sino el
rompimiento del núcleo. De nada valen figuras como Belisario Betancur o Andrés
Pastrana para mantener ese núcleo , pues
las partículas han salido , han desbordado los limites para situarse a
otro nivel y otro ambiente. Hay una
fuerza centrifuga que despide sus hervores hacia otras latitudes. Unas partículas
han sido atraídas por el imán del uribismo, que ya tiene su juego montado, su
estrategia para regresar al poder y solo busca comparsas para que lo acompañen
en el juego. Ya el exgobernador de Antioquia , Ramos ha entrado a formar parte de los precandidatos uribistas
y se espera que bien pronto entren Marta Lucia Ramírez y Lafaurie. Y otras partículas se quedan en el nuevo hábitat santista,
alrededor del gobierno, como refugio seguro para las malas épocas. Los expresidentes se quedan por lo
tanto en la zona de nadie, en el espacio que antes ocupaba el núcleo
aglutinante. El guardián del núcleo, el
doctor Yepes Alzate ha sido despedido por fuerza de las circunstancias, cuando los parlamentarios
le dieron la espalda y mientras él
proclamaba una cosa, los parlamentarios imponían otra. De ahí que si faltaba
algún elemento para la ruptura total del núcleo, ahí se dio. Si estuviéramos en
un régimen parlamentario y el doctor Yepes Alzate fuera el primer ministro, se
habría caído irremediablemente. Al
entrar a la escena uribista los
conservadores que allí lleguen, no
llegan como tales, sino como afiliados a otra cosa, llámese centro democrático,
uribismo, etc. Y los que se quedan con el presidente Santos también entran en
el juego de la reelección del presidente y solo quedan como aspirantes a puestos
públicos en el próximo gobierno. Así que en la polarización entre el urisbismo
y el santismo se llevan de calle al conservatismo que se desintegra y entra a
formar parte de otros núcleos. Quedamos
pues en el vacío cuántico, en la nada política. Es cuando la materia entra a
tener otras oportunidades y ha
convertirse en otras estructuras. De ahí que las cosas están dadas para
deconstruír , para imaginar lo que puede ser el post-conservatismo.
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