Tanto
el gobierno como las Farc parten de un mismo presupuesto en sus conversaciones
sobre la paz: ambos la necesitan. El gobierno, para poder reelegirse y las Farc
para poder aprovechar un momento que le es propicio. El gobierno se encuentra
en una situación difícil pues los sondeos de opinión le dan muy poca favorabilidad al presidente y
precisamente cuando se aprestaba a
anunciar la reelección, se encuentra con el resultado desfavorable de las
encuestas. Existe la sensación de que
gobierno que no sea capaz de reelegirse es gobierno fracasado. Por lo tanto, si Santos no logra que le cuaje la
relección se sentirá fracasado. Es un
hecho implacable. Porque eso de endosar los votos, en este caso a Vargas
Lleras, sería repetir la historia suya cuando le juraba fidelidad a Uribe y no
se desmarcaba un segundo, porque nadie le podía ganar en esa carrera de la fidelidad que implicaba la elección
presidencial. Ese cuento ya se lo sabe Vargas
Lleras y lo está aplicando a la perfección. Luego tomar ese atajo de
endosar el futuro a un delfín travieso no tiene buena cara. De otra parte a
las Farc les va muy bien. Les dan publicidad , las hacen visibles ante la
comunidad internacional y empiezan a allanarle todos los caminos para
que se desmovilicen. El Fiscal muy aplicadamente les ha expuesto que no tiene
ningún peligro, pues si ahora existe la Corte Penal Internacional, cuando
está de por medio un proceso de paz, y dentro del plan de justicia
transicional , todo se subordina a esto
y lo que ayer era delito ahora no lo es. Por lo tanto hasta los delitos de lesa
humanidad ante la perspectiva de la paz no pueden hacer nada. Y todavía más :
el fiscal señala que contra la cúpula de
la guerrilla no existe ninguna condena.
Así que garantizada la
inaplicabilidad de penas contra ella, queda expedito el campo para armar un
partido político y llegar a través de él , al Congreso. Y se ponen en la
antesala del poder. Ante semejante perspectiva, la guerrilla no puede
desestimar semejante oportunidad, máxime cuando hasta los lideres de izquierda
señalan que hoy no se justifica la lucha guerrillera, que resulta
extemporánea y que es mejor lanzarse por la vía democrática a conquistar el poder. Eso lo ha
dicho Fidel Castro y también Hugo Chávez.
Todo está reunido para que las Farc hagan la
paz. En este caso se juntan el hambre
con las ganas de comer, pues como decimos al principio tanto uno como otro
necesitan de la paz. Además, entre el
presidente y las Farc ha habido cierta química , pues cuando estaba en la
presidencia Ernesto Samper, Juan Manuel
Santos las visitó para concertar la caída del presidente Samper lo que al fin y
a la postre no cuajó . Ya con el certificado de paz en la mano el presidente
puede entrar a hacerse reelegir.
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