POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Porque no todas
las prebendas que tienen nuestras cortes
se han sacado a relucir en la coyuntura reciente, sino que se puede espulgar
todavía más : el tiempo que pierden los
magistrados en las universidades , dictando sus cátedras, que incluyen
seminarios, posgrados, maestrías, simposios, en fin, todo lo que se nos ocurra.
Los magistrados pierden toda la mañana en las universidades en lugar de estar en su oficina sacando adelante sus expedientes y elaborando sus
sentencias, que dejan en manos de su
magistrado auxiliar, generalmente un muchacho recién egresado de la universidad.
En las horas de la mañana las cercanías a las universidades, sobre todo en el
centro, donde confluyen las universidades del Rosario, Gran Colombia, El
Externado, la Libre, la Central, la Jorge Tadeo Lozano, se les ve bajarse de
sus vehículos para asistir puntualmente a sus cátedras. En la preparación de
las mismas , se les va un poco de tiempo que debía estar dedicado a la
elaboración de sus ponencias y de sus sentencias. O de ponerse al día en
lecturas y jurisprudencias de otros
países. Con las distancias de Bogotá su
desplazamiento se hace dispendioso, porque en el norte están el resto de
universidades, la Javeriana, la Santo Tomás, la Sergio Arboleda, la Sabana y
para ir de una a otra universidad, con un tránsito tan pesado como el bogotano,
embolatan el tiempo más de la cuenta. Claro que esto está permitido por la ley,
pero debiera abolirse, porque desde luego causa un enorme perjuicio a la
justicia, cuyos despachos están saturados de trabajo y la demora en el trámite de los procesos ya es proverbial. Y luego se trasladan a
provincia ya no para dictar las catedras diarias, sino a seminarios, posgrados
y demás. Sume usted entonces todos los
privilegios, empezando por los sueldos que tienen el mismo nivel de los parlamentarios y se
encontrará con que están
sobredimensionados en la apreciación de su trabajo en un rango superior a lo que debiera ser . Lo magistrados
estrictamente hablando solo trabajan por las tardes . Y si a esto le agregamos
los permisos conocidos por la opinión publica , las vacaciones de semana santa, las
de fin de año, además de los viajes al exterior, faena de la cual acaba de llegar la presidenta actual de la Corte Suprema, luego
de su crucero histórico por aguas internacionales. Y después dicen que los
negocios no caminan porque les hace falta personal, porque no dan abasto,
cuando ellos son los primeros en malgastar el tiempo en funciones que están
fuera de la órbita del estricto deber de un juez, que es el de dictar providencias
además de justas, ajustadas a derecho, con la debida prontitud, Así como a los parlamentarios se les prohibió el ejercicio de su profesión, la exclusividad
de su tarea , así mismo se les debe
exigir a los magistrados la exclusiva dedicación a su oficio, sin mezclarle
nada más.
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