RAUL PACHECO BLANCO.
Gerardo Remolina, jesuita, ex rector de la Universidad
Javeriana, ha puesto el dedo en la llaga en una larga entrevista con María
Isabel Rueda en El Tiempo y a raíz de la renuncia de Benedicto XVI. Y pide una
“Glasnost” para la Iglesia, a la manera de la Unión Soviética, cuando Gorbachov
se dio cuenta de serias irregularidades que debían ser aclaradas y puestas a la
luz de la opinión pública. Buscaba pues, transparencia. Eso mismo solicita el
eminente jesuita. Aunque él es muy prudente y no avanza cosas concretas, si
insinúa la crisis en la cual se encuentra la Iglesia Católica, tanto dentro de
ella, en su estructura de gobierno, como por fuera en relación con la sociedad.
Pero además, por uno u otro medio han trascendido hechos como la existencia de
dos grupos dentro de la iglesia, entre quienes defienden a ultranza los
pederastas, que ya se cuentan por docenas entre cardenales, obispos y
sacerdotes y los que en cambio quieren depurar la iglesia de esa aberración. Ya
no se habla como en otras épocas, cuando se iba a elegir papa, de conservadores
y liberales, sino de líneas de anti pederastas y pederastas, como si viviéramos
las épocas de Alejandro VI, en su declive moral.
Y si en un principio los católicos tomamos la renuncia de
Benedicto VI como un acto débil, no digno del representante de Dios en la
tierra, hemos advertido ahora la postura radical que él asumió ante el fenómeno
de la pederastia, contra otro sector que buscaban tapar las acusaciones contra
el clero en toda la línea de su jerarquía. Y también asumió su condición de
hombre al asumirse como un anciano ya
falto de fuerzas, sin la salud suficiente para enfrentar el mal que corría en
la Iglesia, en un acto de humildad y de autenticidad ante la debilidad de la
naturaleza humana. Ya pensábamos que un
alemán como Benedicto VI no tomaba
actitudes blandengues, sino antes por el contrario, radicales. Eso ha hecho
ahora y espera que alguien mas joven, con más salud y con mas juventud se ponga
al frente ahí si de una verdadera cruzada contra la decadencia de la Iglesia en
materias tan relevantes como las de la moral.
Y llega el momento también de poner las cosas en orden, si
prevalece la Iglesia tipo Constantino,
con todo el boato del imperio romano, o la iglesia de Cristo, que nació en un pobre pesebre y que exige que los
cardenales se unten de pueblo, igual que los pobres curas que tienen que
ejercer en las barriadas y que tanto boato y tanta bocelería se tamicen para
que la religión de Cristo recobre su sentido, cuando se ha visto que uno de los
peores males de la época actual es la de la desigualdad social, en donde en
naciones como Estados Unidos, el 1% tiene lo que le falta al 99%, según
palabras de Stiglitz el premio Nobel de
economía.
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