Ya los sociólogos se han encargado de analizar uno de los
rasgos más característicos de los colombianos, como es la avivatada. El que
aprovecha de una circunstancia para sacarle el mejor jugo posible. Eso fue lo
que hicieron Claudia López y la futura primera dama con la consulta contra la
corrupción.
Allí se llevaban todas las de ganar, pues quien que esté lúcido
se va a negar estar contra la corrupción? La cosa se cae de su peso.
Y, lo peor de todo, es que después de que pierden la
consulta se presentan a la televisión como las vencedoras y, todavía más, los
canales de televisión se prestan para la farsa, para decir mentiras.
Porque tal como
quedaron las cosas, el Congreso no está obligado darle trámite legislativo a
las preguntas que se hicieron en la consulta, pues no llegó a la suma exigida
por la ley para consolidarse como opción legislativa. Y los diarios también
hicieron eco de la misma transmisión de una noticia que no es verdad.
Tanto que se ha escrito y dicho sobre la posverdad. Y aquí
está un caso mondo y lirondo.
Pero ya entrados en gastos se podría aprovechar la ocasión,
como lo ha hecho el presidente Duque, para hacer un gran acuerdo nacional
alrededor de una propuesta parlamentaria firmada por todos los partidos. Pues
algo hay que salvar de los trescientos mil millones de pesos que costó la
consulta y derivar de ahí algo positivo para Colombia.
Pero no porque la ley exija que pasada la consulta y con los
resultados obtenidos quede el legislativo obligado a transcribir las preguntas
de la consulta para que sean aprobadas.
Alrededor de este tema se puede hacer el gran debate
nacional para sacar unas conclusiones que salgan de todos los partidos
políticos, porque creemos que todos están interesados en sacar adelante normas
que atajen la corrupción, pero no con la avivata perspectiva de los organizadores
de la consulta para dividir en malos y buenos a los colombianos y tratar de sacar
ventajas ante la opinión pública.
Este podría ser el gran propósito nacional, o el acuerdo
sobre lo fundamental de que hablaba Alvaro Gómez y que repetía en la campaña
Petro.
Con las propuestas de todos los partidos empezaría el gran
debate nacional para obtener la fórmula adecuada y consensuada porque todos
estamos de acuerdo en que las cosas no pueden seguir como hasta ahora, cuando
todo es comprable y las empresas multinacionales hacen lo suyo para hacerse a
los servicios de funcionario públicos.
Y esto contando ya con el conteo definitivo en donde la consulta
no llegó a los doce millones y se quedó
en once millones seiscientos mil votos.
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