POR: RAUL PACHECO BLANCO
Como si hiciera falta una prueba de las mayorías de la
derecha en Colombia, ahora se ha entablado la lucha entre dos grandes mayorías,
el sector de Uribe, Pastrana, Marta Lucía Ramírez y el sector de Vargas Lleras,
el partido de la U y el conservatismo oficial.
Empieza a ceder un
tanto la lucha contra Petro, pues representa el modelo del populismo que ahora está
satanizado y tiene espantados a los
europeos, los norteamericanos y a los latinoamericanos.
Pues lo cierto es que Petro no es de izquierda, sino fruto
de una amalgama de cosas que privilegian la acción del estado por encima de la
iniciativa privada. Es otro camino distinto al de Maduro, quien representa el
rescoldo de la revolución comunista, pero que igualmente viene a conspirar
contra la democracia.
No sé hasta dónde llegará el combate de insultos entre los
grupos de derecha, pero lo cierto es que el enemigo a la izquierda seguirá
trabajando para encontrar una salida que ahora no encuentra, pero si se cometen
errores de estrategia y de táctica en las filas de la derecha, puede meterse
por cualquier resquicio que se deje libre para pase una solución estatista.
Porque podemos mirar el caso de México que marca la disputa
del poder entre el Pan y el Pri. El Pri ha descrito un radio de acción que va
desde la revolución agraria hasta la actual situación que deriva más bien hacia
el neoliberalismo.
Pero se han producido escisiones para construir partidos
nuevos, como el Morena, donde Andrés Manuel López Obrador porfía desde hace
tiempo por llegar al gobierno, montado sobre el discurso contra la corrupción,
pero dentro de un esquema de izquierda.
Y han pasado gobiernos del Pan y del Pri, repartiéndose el
poder, hasta llegar a un punto como el actual en donde encabeza las encuestas
el partido Morena de López Obrador.
Ese caso nos debe abrir los ojos, pues si bien es cierto que
el socialismo está sepultado, el populismo se ha encargado substituir el modelo
y hacer una combinación de autoritarismo con asistencia social.
Los demás grupos y partidos en la coyuntura actual
colombiana ya jugaron sus cartas y se ve que el caso de Humberto de la Calle es
perdido, pues si su máximo auspiciador, como era el gobierno, la acción del
expresidente Gaviria ha permitido que el
gobierno se desplace hacia Vargas Lleras, cosa impensable hace unos meses.
Estamos pues en el pulso entre las maquinarias y no en el
pulso de opinión pública. La maquinaria
del gobierno y de los partidos Cambio Radical, de la U y el oficialismo
conservador, contra la maquinaria del uribismo, el pastranismo y otros sectores
conservadores.
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