POR: RAUL PACHECO BLANCO
A Gustavo Petro le preguntaron si él consideraba que Hugo
Chávez había sido un dictador y contestó que no. Que, en cambio, Maduro si lo
era. Pero el caso es que Petro confunde la legitimidad con la legalidad y son dos cosas muy distintas.
La legalidad tiene que ver con el apego a la ley, a un poder despersonalizado. En cambio que la
legitimidad tiene que ver con la aceptación y la voluntad que tiene la gente
con respecto al poder al cual se somete. En el caso de Maduro no tiene lo uno
ni lo otro. No existe apego a la ley porque desde hace rato se le hizo a un
lado, por una parte no rige la separación de poderes y, por lo tanto, lo que
diga Maduro es la ley. Los jueces están sometidos a su voluntad y cualquier
declaración pública sobre cualquier tema en donde esté involucrada la pena, la
voluntad de Maduro es la que se impone. Y en el legislativo era lo mismo, hasta
que en las urnas perdió la mayoría de bancada que lo acompañaba y entonces tuvo
que apelar al expediente de la constituyente, para fungir este de poder
legislativo, mientras el legítimo, elegido por el pueblo, no era reconocido por
el ejecutivo. Y por otra parte no existe legitimidad porque las elecciones son
amañadas, porque la gente se está saliendo del país en vista de que no hay ni con qué comer. Así
que no tiene el respaldo de las mayorías venezolanas. Por lo tanto, carece de
legitimidad. Chávez por su parte, tenía legitimidad pero en cambio no
legalidad. Su legitimidad era indiscutible: fue elegido por el pueblo en una
mayoría que se expresó libremente en las urnas y siguió acompañándolo en las
buenas y en las malas. Pero en cambio, no existía separación de poderes: la
palabra de Chávez estaba por encima de la ley, los jueces le funcionaban a él,
lo mismo que los legisladores. Se guardaban las apariencias es cierto, se hacía
un remedo de régimen democrático, cuando en realidad no existía como tal, sino
una democracia amañada, falseada, con el
mero cascaron para tratar de engañar a la opinión pública internacional. Es más,
cuando se pudo dar el lujo que marcharan al mismo nivel, constitución y
voluntad popular, todo era miel sobre hojuelas, pero cuando fue desbordado por
esa voluntad popular que impidió el cambio de constitución para llegar al
socialismo y al comunismo, entonces hizo a un lado la constitución y siguió mandando
por fuera de la constitución, a base de puro poder personal. Chávez era un dictador legítimo. Pero dictador al fin de
cuentas e ilegal, o alegal.
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