POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Macron, el electo presidente de Francia
señala que la nueva división política que se presenta es la de los progresistas
y los conservadores. Y arrasa con todo lo que antes teníamos como la atmósfera,
el clima o la circunstancia de la política. Debe referirse a que estamos en una
etapa postideológica en donde tanto la izquierda como la derecha ya no son las
dominantes, porque el fascismo murió después de la segunda guerra mundial el
comunismo en el 89, cuando hizo implosión la Unión Soviética. Por lo tanto, los
partidos se quedaron sin ideología. Por eso Bauman señalaba que los partidos
ahora eran líquidos, porque se amoldaban a los estantes a donde fueran
llevados. Ya un estado omnipotente, que no proteja los derechos humanos, niegue
el juego político mediante el corporativismo, como lo establecía el fascismo,
no tiene cabida en el mundo actual. Ya su vez, la liquidación de la propiedad
privada y la colectivización de la vida
de los ciudadanos también sufrió su derrumbe. Además, tanto una como otra
ideología, representaban la acción del estado, bien sea del lado del fascismo, como
del lado del comunismo. Así que en esta época post, para Macron los progresistas
son los desheredados tanto del comunismo
como del fascismo y buscan alternativas hacia adelante, en tanto que los
conservadores son los que siguen siendo fascistas, con su apego al estado, lo
mismo que los comunistas que siguen pensando en su sociedad sin propiedad
privada, sin derechos de libertad Y los
de centro, liberales. Para Duque el Centro Democrático es de centro, porque
permite todos los matices, pero atenuados, y sujetos desde luego a la disciplina
partidista y al caudillismo de Uribe, que impone tanto la orientación
ideológica como las órdenes de organización, y para Londoño es de derecha porque disfruta del
autoritarismo de Uribe y es la expresión del capitalismo. Ahora, para entender
el impacto político que conlleva el triunfo de Macron en Francia podríamos
tomar el Centro Democrático como escenario de ese cambio en la hipótesis de que
el expresidente Uribe perdiera las elecciones a manos de Paloma Valencia, quien
se lanzaría como candidata presidencial independiente, dando lugar a que el
“palomismo” barriera en las elecciones del 18 como lo acaba de hacer Macron en
Francia con su nuevo partido En Marcha y liquidara el uribismo.
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