POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Los partidos tradicionales como sabemos, están en crisis. Las casas presidenciales por el contrario,
no. Si uno mira al partido liberal lo encontrará completamente dividido. Lo
mismo el partido conservador. Más sin embargo esto no significa una revolución,
ni que las cosas estén cambiando. Todo lo contrario. Las cosas siguen igual. ¿
Y por qué siguen igual?. Porque lo importante no son los partidos políticos sino
las casas presidenciales. El poder no está en los partidos, sino en las casas
presidenciales. Y tan es así, que por más que los dos partidos se dividan, se
repartan el poder regional en la forma
en que se acaba de hacer luego de las elecciones, sin embargo, el rumbo del
poder sigue su ruta y todo indica que la próxima presidencia estará en manos de
German Vargas Lleras. Así lo señala el
libreto dinástico de las familias en Colombia. Tan es así, que Vargas Lleras
creó su propio partido, Cambio Radical,
precisamente para sostener su turno presidencial que por razón de sus apellidos
y de su trayectoria le corresponde, luego de la presidencia de Juan Manuel
Santos, pues si se atenía sólo al partido liberal de pronto le salía competencia.
Se aseguraba, por tanto, de un respaldo irrestricto de su partido ante una eventual
competencia con Horacio Serpa o Rafael Pardo, algo un poco incómodo. Y las
cosas le han salido bien hasta ahora, porque a nivel nacional la presencia de
Cambio Radical fue tan determinante, que
ni el partido liberal ni el partido de la U podrían entrar a subvalorarlo, y
empezar a quitárselo de encima. Todo lo contrario, demostró su fuerza. Y hasta
se dio el lujo de ganarle al presidente Santos el pulso por la alcaldía de Bogotá, ya que salió airoso con Enrique Peñalosa. Y no desperdició la
oportunidad Vargas Lleras de presentarse con
él al palacio de Nariño para
notificar al presidente de quien era el nuevo alcalde. El turno en la sucesión
presidencial se fortalecía. Claro está que el apoyo del presidente Santos se
hizo patente desde el primer momento, desde que le confió todo el presupuesto
para la construcción de la infraestructura vial del país y que hoy lo tiene
calificado como un hombre de acción, como un ingeniero de alto vuelo. Pero
camarón que se duerme… se lo lleva la corriente. Los partidos políticos pues,
se han venido convirtiendo en mascarones de proa, mantenidos apenas por cilindros
de aire constitucional y legal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario