POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
El senador Juan Carlos Vélez
ingresó al partido de la U
como un uribista convencido . Y
convencido además de que sus compañeros de partido se mantendrían fieles a su jefe, pasara lo
que pasara. El partido de la U estaba llamado a ser el gran partido de la
época, lejos del bipartidismo tradicional, para que la obra histórica del
presidente Uribe se prolongara en el tiempo.
Para eso el expresidente había abandonado las toldas del viejo
liberalismo, para no volver más, convencido de su aporte histórico en franca emulación con el
peronismo argentino o el chavismo venezolano.
Se elaboró la plataforma
programática del partido, se escogieron sus directivas y se adelantó la obra de gobierno que todos conocemos
pasando por la reelección, de la cual
fue abanderado el hoy presidente Santos. Lejos estaba el senador Vélez de pensar en que aquel partido fundado
alrededor de un nombre y de unos
propósitos, fuera a cambiar tan rápido su naturaleza y se convirtiera en el
partido de Santos. Y ya en esa segunda época, los senadores que habían sido
elegidos en sus listas procedieron a
cambiar de camiseta, en pleno juego, cuando ya la habían sudado , y se calaron
la nueva hecha a la medida del
presidente Santos, con el color y el escudo de la casa Santos. El senador Vélez quedó solo, mientras veía la fuga masiva de los viejos seguidores del presidente
Uribe, ahora convertidos en adalides de la causa del presidente Santos. Ahí se
sintió solo y encadenado. Nada podía
hacer. Vivió el castigo que Zeus le impuso
a Prometeo por haber enseñado el fuego a los hombres. Miró a su alrededor y todos los senadores elegidos
por el partido de la U, empezando por Roy Barreras, abandonaban el cascaron de
proa uribista y se sumaban al santismo y
le decían : “cambia tu conducta , pues
que un nuevo soberano reina entre los dioses”. Entonces trató de romper las cadenas, de salir de ahí
y pasarse para el Centro Democrático, en donde Uribe se había asentado con el
resto de sus huestes. Pero no podía hacerlo, pues la ley, no del rey Zeus sino la del transfuguismo no
se lo permitía. .Así que se quedaba
solo con el enemigo adentro en la
estructura que él había ayudado a construir para mayor honra y gloria del
expresidente Uribe. Y perdía también la oportunidad de lanzarse como precandidato presidencial
por el uribismo
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