POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Un partido bisagra es aquel que no tiene la fuerza
suficiente para llegar al gobierno y
debe esperar su oportunidad para que los partidos mayoritarios lo llamen a formar coaliciones para sacar adelante los proyectos de ley, como en el sistema presidencial, o para formar
gobierno, como en el sistema parlamentario. Generalmente operan en el sistema
parlamentario, pues quien gana las elecciones no por ese solo hecho tiene
derecho a gobernar, sino que debe tener la mayoría parlamentaria suficiente
para que de allí salga el primer ministro. Por ejemplo, en Israel ocurrió que Tzipi
Livni ganó las elecciones, pero no pudo
formar gobierno porque por una parte no alcanzaba su propio partido a constituir esa mayoría y , por la otra, no encontró el
socio que le hiciera la segunda para formar gobierno. Así , que Netanyahu,
quien sacó la segunda votación, tuvo que
hacerse cargo de formar gobierno, al encontrar el socio que le hiciera el juego. Ahora, en el Reino
Unido desapareció el partido liberal ,
pues fue absorbida la tendencia por el laborismo . Pero más adelante volvió a
aparecer, pero sin la fuerza suficiente como para ganar unas elecciones y
formar gobierno, contentándose solo con servir de bisagra para que el partido que
ganara las elecciones, el conservador o el laborista, los llamara a formar gobierno. Y en Alemania ocurrió lo propio con su partido liberal, pues entre la polarización de
fuerzas de izquierda y de derecha formada por los partidos socialdemócrata y
socialcristiano, el partido liberal se
convirtió en un partido de minorías, que servía simplemente de eso, de bisagra ,
para que uno de los dos lo llamara a hacer gobierno. Y este papel lo realizó durante décadas, hasta que en este año no le
alcanzó el umbral para seguir figurando como partido político y tuvo que
desaparecer del mapa electoral. Esto le podrá ocurrir al partido conservador de
Colombia, si continúa en la política que ha escogido desde hace una década en
los gobiernos de Alvaro Uribe y Juan Manuel Santos, que es la de servir de
bisagra para que los votos alcancen en la aprobación de la leyes
y de las políticas a seguir
impuestas por el partido mayoritario. En alguna ocasión Alzate Avendaño llegó a
decir que el régimen político de esa época era tan débil, que no aguantaba una
hemorragia nasal. Eso le está sucediendo
al partido conservador, que convertido en
un simple partido bisagra, está tan débil que no aguanta una hemorragia
nasal.
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