POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Los dirigentes conservadores creyeron ingenuamente que
podían disfrutar de ocho años de gobierno de Alvaro Uribe teniendo en cuenta
aproximaciones de tipo ideológico, como en su momento lo sostuvo Enrique Gómez
Hurtado , sin que esto tuviera alguna consecuencia con las bases del
partido. Es decir, que al conservatismo
le salía gratis la acogida de Uribe con ellos y que los llenaría de puestos sin
que eso le costara nada al partido. Pues ahora el problema es que los conservadores
no quieren salir del reducto uribista y se niegan a obedecer a sus directivas
en sus políticas. Ahí hay una responsabilidad histórica de entrega del partido,
de traición al partido. De ahí en adelante el conservatismo desapareció y se constituyó en la espuma del tinto, con mucho ministro de
por medio y muchos funcionarios de
escaparela, pero nada de base. La gente se perdió y se tenía que tocar para
hallarse. La política ha consistido en darle forma a otros grupos y cuando
estos están lo suficientemente consolidados, tratar de dar una batalla en
desventaja. Esa situación la vemos ahora en forma palpable. Estamos en vísperas
de elecciones parlamentarias y más adelante las presidenciales. Todos los
partidos están sacando a flote lo mejor que tienen para encabezar listas : el
uribismo a Uribe, el santismo a Vargas Lleras, el liberalismo a Horacio Serpa,
el Polo a Robledo. ¿ Y el conservatismo?. ¿ El presidente Pastrana o alguno de los presidentes del directorio
conservador? . Pero los del directorio hicieron
lo de Carlos IV y Fernando Séptimo :
entregarle el trono a Napoleón para legitimar la invasión napoleónica de
España en el siglo XIX. Dentro de las filas uribistas se encuentran personas
tan importantes como el presidente de la federación de ganaderos, Alfredo Ramos
, exgobernador de Antioquia y quien sabe
si la exministra Ramirez.
Históricamente ha
habido fugas masivas de conservadores hacia otras toldas, pero han regresado,
como es el caso de los gaitanistas en el siglo XX, cuando el acento social de
la política de Gaitán permeó los estamentos bajos del conservatismo a tal punto que se fueron con él, hasta que llegó la candidatura presidencial de
Mariano Ospina y aglutinó de nuevo a los insurgentes.
Luego, andando el siglo, vino el gobierno de Rojas Pinilla y
con la filosofía de la yuca y de la
papa, hizo que los conservadores también se fueran con el general hasta que desapareció
de la escena. Y por último, en este caso de Alvaro Uribe, quien dado su corte
autoritario fue acogido en las huestes
azules con tanto entusiasmo, que quien sabe si regresen .
Jugar de nuevo la
carta de Noemí Sanín, ya no funciona. Juan Camilo Restrepo se halla enredado en
la maraña de la restitución de tierras a donde lo mandó el presiente Santos
para quemarlo. Ahí están las
consecuencias de la política de Enrique
Gómez y del directorio, quienes entregaron el partido sin beneficio de
inventario al expresidente Uribe. Al expresidente Pastrana lo tienen arrinconado porque nadie le obedece ya que las
órdenes vienen del Ubérrimo. En
alguna ocasión fue famosa la frase “ Varo : devuélveme mis legiones”.
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