POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Un candidato presidencial lo suficientemente fuerte como
para resultar elegido debe tener en cuenta principalmente dos cosas : la una,
la opinión pública y la otra, las
maquinarias políticas. De ahí que hay
candidatos que por el solo impulso de la opinión pública resultan elegidos, sin
necesidad de que las maquinarias de los partidos se pongan a hacer su oficio. Y
al contrario, cuando la opinión pública no se manifiesta, bien sea porque esté anestesiada, porque no le llaman la atención
los candidatos convocados o por cualquier otro motivo, se desentiende y deja que las maquinarias de los partidos operen con todos sus fierros. Resulta fácil
hacer un escrutinio de los presidente elegidos para darnos cuenta cuales fueron
elegidos a base de pura opinión o por el contrario, a base de una imposición,
bien sea de los partidos o de corporaciones o entidades, lo suficientemente fuertes
como para montar un negocio de ese tipo. A uno
no le cabe duda alguna de que el expresidente Julio César Turbay Ayala
fue elegido a base de pura maquinaria, por la destreza y el conocimiento que él
tenía del manejo de la maquinaria. No porque desde lo más profundo del alma del
pueblo hubiera brotado, como cualquier bolero que se respete, como letra y
música de sus inquietudes.. En cambio , presidentes como César Gaviria sí le
deben su elección a la opinión pública, pues entre otras cosas, ese era el
turno presidencial que le correspondía a
Luis Carlos Galán. Lo mismo fue el caso de Belisario Betancur y de Andrés Pastrana, que en base a un partido
minoritario como el conservador, logró el apoyo de esa opinión pública que hizo
posible la elección. No así Ernesto
Samper, fruto de la maquinaria y de los arreglos entre clanes. Los presidentes
del Frente Nacional, todos fueron fruto de la maquinaria de los dos partidos
reunidos, sin que dejaran espacio para los demás. Ahí todo iba amarrado y fue
producto de acuerdos y convenios entre
las estructuras dominantes de los partidos, que se cumplió en cuatro turnos presidenciales. Alberto y Carlos
Lleras, Guillermo León Valencia y Misael Pastrana Borrero. En cambio, la elección
de Alvaro Uribe obedeció a un movimiento
de opinión muy fuerte contra la guerrilla, por ofrecer el candidato la mano
dura que ejerció durante los periodos de
su gobierno. Eso en cuanto a la primera
candidatura, porque en la segunda, si ya fue fruto de la maquinaria manejada dese el poder, con el suficiente
respaldo en el Congreso y la mayoría de la clase política. Y el ultimo turno de Juan Manuel santos
también es fruto de la maquinaria, pues su candidatura fue auspiciada por el
gobierno , al no poder cuajar el tercer periodo para el presidente Uribe, que
tuvo que conformarse con un hipotético poder en cuerpo ajeno que no cuajó. Ahora, si se disponen de las dos cosas, la
maquinaria y la opinión publica, pues se va en coche.
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