POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Se está produciendo el fenómeno de la desaparición de los partidos
conservador y liberal como fuerzas tradicionales, por el lento e imperceptible
retiro de las aguas, como diría nuestro código civil, para cederle el paso a
una derecha que está más a tono con el juego político actual, por cuanto el esquema
conservador-liberal fue más propio del siglo XIX. Leyendo un artículo de la
revista semana del 2.014 encuentra uno la razón del voto en contra del plebiscito,
pues allí se revela una encuesta que hace énfasis en que el 70% de los
encuestados está en desacuerdo con otorgarles el derecho a los jefes
guerrilleros de participar en
política y la amnistía para los
que hayan incurrido en los delitos más graves. Allí se estaba manifestando esa nueva
derecha, abandonando el molde de una confrontación liberal-conservadora que entrañaba viejas rencillas políticas
generadoras de violencia, para entrar a repartir cartas nuevas en un nuevo
juego político. El viejo esquema liberal –conservador se abandonaba para formarse una nueva derecha conformada precisamente
por parte de los anteriores rivales, como ha ocurrido en Francia
principalmente, en que la derecha se compone de elementos liberal-conservadores,
pues ideológicamente el liberalismo aporta en cuanto a ideología el respeto a
los derechos humanos y en lo económico el neoliberalismo, mientras el conservatismo aporta los valores de la
familia, el orden, la tradición, la autoridad y la religión. Así se ve en el
actual candidato de derecha de Francia, Francois Fillon, quien se inspira en la
señora Thatcher. Y en la izquierda militarían los actuales partidos como el
Polo Democrático, el partido verde y un sector liberal como el samperismo. El
proceso de paz está jalonando el fenómeno para la conformación de esa nueva
derecha en que además del conservatismo y el liberalismo también estarían el
uribismo y Cambio Radical. Las casas presidenciales han dominado toda la
política del siglo XX y lo que va del XXI y esta no será la excepción, pues de
ahí puede salir la candidatura de German Vargas Lleras como motor de esa nueva
derecha. Y en el centro del espectro político se haría el partido de la U del
presidente Juan Manuel Santos, que tiene de un cacho la paz pero trata de enredarse.
Conspira si contra la conformación de esa nueva derecha el hecho de la
existencia de unos partidos que son más de tipo personal que de cuadros o de
masas .Este es el caso del uribismo y de Cambio Radical.
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