POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Para tratar de entender el triunfo de Trump en los Estados
Unidos nos sirve de mucho el pensamiento de Noam Chomsky, quien acaba de
publicar su libro Quien domina el mundo, en donde empieza señalando que los
norteamericanos tienen una “idea” sobre lo que es y debe ser el país. Y el Gran
Sello es lo que viene a identificarlo, pues se trata de un país decretado por
Dios, el cual es como un monte resplandeciente, con líderes como Ronald Reagan
un ”salvaje asesino y torturador”, quien orquestaba los crímenes más siniestros,
en Centroamérica. Y que dentro de la idea del gran sello cabe la actual “intervención humanitaria” que ha servido
para invadir países y crear conflictos en el Medio Oriente. Por ejemplo, la
invasión a Irak y el consiguiente conflicto que ha desembocado en la creación
de Isis, el ejército musulmán que trata de vengar los derechos atropellados por
los Estados Unidos. La doctrina del Área Grande da las bases para que se autorice
la intervención militar a voluntad, cuando se trata de conquistar mercados,
suministros de energía y recursos estratégicos clave, para moldear la opinión
de la gente sobre el país y los sucesos que afecten a su subsistencia y
seguridad. Y esta doctrina no es privilegio de un solo partido, sino que tanto
republicanos como demócratas la han puesto en práctica. Y si bien es cierto le
carga el acento a Ronald Reagan y a los Bush, también están Clinton y Obama y
aun Kennedy, quien invadió a Vietnam del Sur. Con el dilema de la seguridad
clásico Estados Unidos tiene derecho a controlar la mayoría del mundo y la
seguridad de este requiere algo que se acerca al control global absoluto.
Condena también Chomsky la alianza que
ya va para rato con Israel y que no ha permitido que se plantee una solución
justa para el problema con los palestinos, pues siempre se la ha jugado por las
propuestas judías. Y en cuanto al terrorismo, que siempre ha servido como
excusa desde el 11 de noviembre para perseguir a quienes considere como tales,
pues está por delante la seguridad de
los norteamericanos, fuertemente amenazada a partir del derribo de las torres
gemelas. Para Chomsky su país es un “estado canalla”, por todo lo que se
apropia para su beneficio en desmedro de otros países. Bien sabemos que Estados
Unidos privilegia su derecho interno sobre el internacional, mientras que los
demás países aprueban lo contrario. Y en cuanto a la pregunta de quien domina el mundo es muy claro al señalar que no
es ningún estado, sino los conglomerados multinacionales, las grades
instituciones financieras, los imperios comerciales y los mercados.
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