POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Para Enrique Serrano en su libro ¿Por qué fracasa Colombia?,
la nacionalidad nuestra se formó en la época de la Colonia. Fueron trescientos
años ininterrumpidos en que una población fugada de España, concretamente del
sur, de Andalucía, emigró para sacarle el cuerpo a la ley de pureza de sangre,
consistente en no tener en su sangre genes judíos o musulmanes. Durante esos
trescientos años se asentó una personalidad nacional en donde la cotidianidad
primaba por encima de todo, en donde nos existían grandes alternativas y planes
ambiciosos de algún calado histórico. Se trataba de una emigración de gente
común y corriente para quien la vida significaba pasarla de agache, viviendo
con tranquilidad y sin violencia. Aquí precisamente contrapone Serrano el talante
del colombiano al cambiar con la independencia y al poner a la orden del día
las guerras civiles. Pero en la época de la colonia la paz era el pan de cada
día. Se incubó una mentalidad conservadora, en donde lo liberal solo viene a
aparecer con la independencia, cuando Bolívar, San Martin y Miranda impusieron
un republicanismo que no casaba con la fortaleza de la mentalidad monárquica de
las gentes. Esa mentalidad precisamente se viene a expresar en la rebelión de
los comuneros, cuando se rebelan contra las autoridades locales y contra los
impuestos, pero jamás contra su rey Fernando VII, cuya figura resultaba sagrada
y de ahí que el delito más grave fuera precisamente el de lesa majestad. Los
comuneros nunca buscaron la independencia y de ahí que la generación de Bolívar
y Santander nunca reconocieron como antecedentes independentistas la rebelión
de los comuneros, que entre otras cosas, todos vinieron a traicionarse entre sí:
Galán traicionó la rebelión cuando se negó a obedecer a Berbeo en la toma de
Honda, Berbeo se entregó para ser alcalde del Socorro. Y Plata los traicionó a
todos desde el principio. Además, el pueblo tampoco respondió cuando ya la cosa
iba en serio. Así que esos andaluces que migraron del sur de España solo
querían vivir pausadamente, con calma y buena letra, sin mayores
perturbaciones. Evidentemente fueron trescientos años de dominio español en que
cuajó una manera de ser que viene a romperse con la Independencia. Para Serrano
la nación siempre ha sido conservadora, mientras el estado liberal a partir de la
independencia. Y la población indígena no cuenta, porque si hubo mestizaje
racial no lo hubo cultural. Los indígenas han estado en sus resguardos,
separados del resto de la población, sin proyección.
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