POR: RAÚL PACHECO BLANCO.
Al presidente Santos se le hace agua la boca hablando de
justicia, pero de justicia transicional. ¿Qué tanto de justicia queda viva allí?
Lo transicional es una varita mágica que transforma en justicia plena, cualquier
clase de inequidad. Y los juristas que elaboraron la jurisdicción para la paz
se acogieron a un esquema que respeta la forma, pero no el fondo. De ahí que si
nos atenemos al diccionario de la lengua española para definir lo que es
justicia, la podemos descomponer en los siguientes elementos: 1) cualidad o
virtud de proceder a juzgar respetando la verdad y de poner en práctica el
derecho que asiste a toda persona a que se respeten sus derechos, que le sea reconocido
lo que le corresponde a las consecuencias de su comportamiento. 2)
Aplicación de un castigo o de una pena tras un juicio. 3) Organismo oficial que
se encargue de juzgar y de aplicar sus leyes y 4) Derecho, razón, equidad.
Analicemos estos elementos: ¿se da el hecho de que se juzga respetando la
verdad y el derecho? No, porque si se quiere la verdad y el acusado acepta los
cargos no se va a obtener el derecho, pues se le amnistía o se le juzga para
señalarle una pena que equitativamente hablando correspondería a una contravención
o un accidente de tránsito. Aplicación de un castigo o de una pena: si el
acusado confiesa se le concede amnistía cuando se trata de delitos políticos y
conexos, como el narcotráfico, pero cuando hay de por medio delitos de lesa
humanidad, se le aplica una pena que no conlleva privación de la libertad, que
es el meollo y la verdadera esencia de una pena. El organismo oficial que se
crea es un tribunal pro-tempore para juzgar
a los responsables, con 20 magistrados nacionales y cuatro extranjeros. Pero
ese tribunal es creado para llegar al mismo llanito de los puntos anteriores.
¿En qué consiste la equidad? En este caso en la proporcionalidad entre la gravedad
del delito y la pena impuesta. Una masacre viene a ser castigada con cinco años
de trabajo social, sin que sus derechos políticos sean tocados. Y queda el argumento más grueso: la paz. ¿Al
salir del juego las Farc llegamos a la paz? No. Quedan actuando el ELN, las
Bacrim y los grupos que entrarán a llenar el vacío que dejan las Farc. Luego
ese argumento tampoco es válido. De ahí que la paz no es suficiente para
equilibrar las cargas.
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