viernes, 4 de marzo de 2016

LA JURISDICCIÓN PARA LA PAZ



POR: RAÚL PACHECO BLANCO.

 

Al presidente Santos se le hace agua la boca hablando de justicia, pero de justicia transicional. ¿Qué tanto de justicia queda viva allí? Lo transicional es una varita mágica que transforma en justicia plena, cualquier clase de inequidad. Y los juristas que elaboraron la jurisdicción para la paz se acogieron a un esquema que respeta la forma, pero no el fondo. De ahí que si nos atenemos al diccionario de la lengua española para definir lo que es justicia, la podemos descomponer en los siguientes elementos: 1) cualidad o virtud de proceder a juzgar respetando la verdad y de poner en práctica el derecho que asiste a toda persona a que se respeten sus derechos, que le sea reconocido lo que le corresponde a   las consecuencias de su comportamiento. 2) Aplicación de un castigo o de una pena tras un juicio. 3) Organismo oficial que se encargue de juzgar y de aplicar sus leyes y 4) Derecho, razón, equidad. Analicemos estos elementos: ¿se da el hecho de que se juzga respetando la verdad y el derecho? No, porque si se quiere la verdad y el acusado acepta los cargos no se va a obtener el derecho, pues se le amnistía o se le juzga para señalarle una pena que equitativamente hablando correspondería a una contravención o un accidente de tránsito. Aplicación de un castigo o de una pena: si el acusado confiesa se le concede amnistía cuando se trata de delitos políticos y conexos, como el narcotráfico, pero cuando hay de por medio delitos de lesa humanidad, se le aplica una pena que no conlleva privación de la libertad, que es el meollo y la verdadera esencia de una pena. El organismo oficial que se crea es un tribunal  pro-tempore para juzgar a los responsables, con 20 magistrados nacionales y cuatro extranjeros. Pero ese tribunal es creado para llegar al mismo llanito de los puntos anteriores. ¿En qué consiste la equidad? En este caso en la proporcionalidad entre la gravedad del delito y la pena impuesta. Una masacre viene a ser castigada con cinco años de trabajo social, sin que sus derechos políticos sean tocados.  Y queda el argumento más grueso: la paz. ¿Al salir del juego las Farc llegamos a la paz? No. Quedan actuando el ELN, las Bacrim y los grupos que entrarán a llenar el vacío que dejan las Farc. Luego ese argumento tampoco es válido. De ahí que la paz no es suficiente para equilibrar las cargas.

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