POR: RAUL
PACHECO BLANCO.
Se esperaba una victoria apabullante del chavismo
en Venezuela, pues la muerte del caudillo, ya convertido en mito produciría un
efecto multiplicador que arrasaría con
Capriles. Pero no fue así, el pobre desempeño en la campaña de Maduro hizo el
milagro de que votos que iban para el chavismo se devolvieran hacia Capriles. .
A su vez, Capriles endureció su
liderazgo, se hizo como dirigente político, dio muestras de entender mejor el momento que
Maduro y eso lo favoreció. Por lo menos ahora la oposición se hizo a un
dirigente indiscutible, ya probado. Pero
en medio de todo, la política tiene su propia dinámica y resultaba fuera de
lugar una victoria de Capriles
cuando estaba en plena evolución la obra
de gobierno de Hugo Chávez y, por lo
tanto, había que esperar sus resultados.
Era más mas difícil que perdiera Maduro
que ganara Capriles. De ahí que a Maduro le toca meterse muy de lleno en su
gobierno para hacerse como político, como dirigente, como presidente y si va a
tener un talante de caudillo estilo Chávez o por lo contrario adquirirá su propia
personalidad. Esa tarea es por lo tanto
definitiva para saber si el chavismo perdura o no en Venezuela. Pero queda latente
también un peligro mas para Maduro : es la presencia de Diosdado Cabello en el
Congreso, quien tiene también su liderazgo dentro del chavismo y entrará ahora a disputarle el lugar a Maduro, pues ya
se ha pronunciado en el sentido de empezar a buscar responsables de la derrota,
porque en realidad se trató de una derrota dentro de los presupuestos que se
tenían para enfrentar las elecciones. Ahí comienza pues, la oposición o la
alternativa que significa Cabello. Y a su vez, Capriles ya está maduro como jefe
de un partido y el país empieza a creerle, tanto, que si más produce el milagro
de una victoria electoral. Ha ganado credibilidad y ha penetrado en el alma de
sus seguidores, quienes ya no dudan a quien seguir para convertir la
alternativa contra el chavismo.
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