jueves, 25 de julio de 2019

ÁLVARO, EL LIBRO DE CONSTAÍN


POR: RAUL PACHECO BLANCO

Juan Esteban Constaín, el joven escritor payanés,  escribió  un libro sobre Álvaro Gómez y le resultó uno sobre Laureano Gómez y su hijo. Es más, yo creo no exista mejor defensa de Laureano Gómez  que la  hecha en su libro por Juan Esteban Constaín.

Para eso tuvo que tragarse muchos sapos, como la leyenda negra contra Marco Fidel Suárez, el presidente paria, a quien Laureano vapuleó sin misericordia y le hizo la vida imposible, por haber vendido sus sueldos, cosa que no haría un funcionario oficial ahora, cuando dispone del tesoro nacional para sortear toda clase de eventos de este tipo. Antes por el contrario, López y Gómez le armaron la trinca desde el banco Mercantil, del cual era gerente López y, violando la reserva bancaria, dispusieron a “tutiplén” de toda clase de filtraciones para enlodarlo.

Y luego le facilitó las cosas a López para pagarle el favor  de haberlo empleado, decretando dos abstenciones que le permitieron llegar al poder y  hacer lo que quiso con el Congreso, para su reforma constitucional de 1.936. Y pasar de agache ante la embestida de la “revolución en marcha” y todo porque con López habían decidido que el próximo turno presidencial era para él y, solo cuando  López lo traicionó y nombró Ministro de Relaciones Exteriores  a Enrique Olaya Herrera, con vocación presidencial para el próximo periodo, vino a reaccionar en la forma como lo hizo, decretando una guerra sin cuartel.

Lo que sí es muy positivo en el libro de Constaín, es el  nuevo enfoque de la violencia, en donde señala que ella comenzó en el año 30, en el gobierno de Olaya Herrera y, que son igualmente responsables, tanto uno como el otro partido, cosa que los liberales siempre se han sentido las víctimas y en ningún caso los victimarios. Ahí demuestra una alta dosis de valor para sostener tal tesis.

Pero como decíamos al principio, la biografía en realidad de verdad  es de Laureano y tangencialmente de Álvaro.  Sólo los últimos capítulos se los dedica íntegramente a Álvaro, dejando mucho espacio sin  cubrir de ese último tramo  de su vida, que terminó con su sacrificio.

Desaprovechó la oportunidad de hacer un corte de cuentas tajante, entre uno y otro personaje, cuando debía tratar los hechos que solamente se referían a Álvaro y dejar a un lado el protagonismo de Laureano, que  hace mucha sombra a la imagen de  Álvaro Gómez, ya que disponía de material de primera mano suministrado por doña Margarita de Gómez.

Sugiere apenas la alabanza de Álvaro, cuando  ha debido terminar con ella, al lograr superar el anacronismo  de Laureano Impulsando una reforma constitucional como la de  Portugal de Oliveira Salazar, cuando ha debido fijarse en lo que estaba sucediendo en la posguerra europea, cuando De Gasperi y Adenauer le estaban trazando las vigas maestras del estado de bienestar, como si hizo Álvaro al poner las bases del estado social de derecho en la constitución del 91.

 La de Oliveira,  era el solo reflejo del estado corporativo ideado por Benito Mussolini. 

Tratando de sacarle  el cuerpo al fascismo, terminó consagrándolo institucionalmente, cosa que no llegó a cuajar por el golpe de estado del 13 de junio. Y termina el libro sin que sepamos a ciencia cierta en qué consiste el Régimen, porque si el Régimen estuvo representado en un  momento dado en Marco Fidel Suarez, pues apaga y vámonos. El Régimen es el poder. Además, cuando don  Marco, la que mandaba era la Iglesia.

Hoy conservadores y liberales constituimos la derecha.

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