POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Investigando sobre las facilidades obtenidas por German
Vargas Lleras para colocarse en una
situación más ventajosa que los demás candidatos
a la presidencia en 2018, encontramos que viene desde la época de la reelección
del presidente Uribe y de la célebre crisis de la Yidispolítica. Es decir, la
reforma constitucional que hizo posible la reelección del presidente Uribe
cuando se echaron abajo cuatro artículos de la constitución del 91, entre los
cuales se contaba el 204 que es el que se refiere al vicepresidente de la república.
Fue el acto legislativo 02 de 2.004 que daba sepultura a los arts 127,197, 204
y 142 y que según el prohombre Echeverri Correa, solo se trataba de una reforma
de un articulito. Los constituyentes del 91, con muy buen criterio habían
prohibido las reelecciones, tanto del presidente, como del vice. Existía la
inhabilidad en la fórmula presidencial y
vicepresidencial para presentarse como candidatos para el siguiente periodo
electoral. Los beneficios de tal inhabilidad saltan a la vista. Los
legisladores uribistas echaron abajo esa inhabilidad, para permitir tanto la
reelección del presidente, como la del
vicepresidente. Pero a Pacho Santos lo amarraban, porque si podía ser reelegido
para la vicepresidencia, no podía aspirar a la presidencia si Uribe se lanzaba
como candidato. Al llegar al periodo del presidente Santos, el camino del
vicepresidente para acceder a la presidencia estaba abierto y por él podía seguir
sin parpadear German Vargas Lleras. Y ya no tenía el problema de un presidente
en espera de ser reelegido, como es el caso de Juan Manuel Santos. Así que hoy
German Vagas Lleras debe darle las gracias a Yidis Medina, en parecida forma en
que lo hiciera el presidente Uribe: “Hija querida, necesito tu ayuda para que
este proyecto se apruebe y sigamos haciendo patria”. Este es el origen del “carrileo”
que pudo hacerle el presidente Santos a Vargas Lleras para que se encontrara en
el sitio en el cual está, que es el de
la punta entre los aspirantes a la candidatura presidencial de 2018.Eso de
entregarle el presupuesto de Obras Publicas a una sola persona, dejando casi
sin funciones al ministro del ramo, no tiene presentación, como le decía Luis
Carlos Galán a Tiberio Villarreal, cada vez que éste le hacía una proposición. En
este caso es Juan Manuel Santos el que está haciendo patria. Esto nos da una
idea para pensar en la prohibición al Congreso de reformar la constitución para así evitar el “manzanilleo”
constitucional.
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