jueves, 23 de febrero de 2017

EL FENÓMENO TRUMP.


 

POR: RAUL PACHECO BLANCO.

 

Yo creo se comete una equivocación cuando comparamos  a Donald Trump con Hitler. Este era un  político criminal, pero político. Trump en cambio es un negociante, como lo dice muy bien el hombre más rico de México. Ahora, Hitler pensaba crear un imperio, quizá sentía la nostalgia de la primera posguerra mundial cuando fueron destruidos los imperios. Trump por el contrario se da cuenta que hay necesidad de hacer un repliegue para salvar a Estados Unidos, que el palo no está para cucharas y que ya no tiene el músculo suficiente para servir de árbitro y líder del mundo. Tiene que reabastecerse, cerrar sus fronteras,  como lo buscaba afanosamente el doctor Francia en  Paraguay. Así que la lectura que se hace del Trump invasor no guarda relación con la realidad. Estados Unidos salió  muy maltrecho luego de la invasión de Irak, pues su inteligencia quedó por el suelo o su credibilidad, al no haber allí armas nucleares que amenazaran al mundo y forzar así  la invasión. Estados Unidos fabricó el enemigo de hoy, el estado islámico, que es secuela de la guerra de Irak. Y está endeudado hasta los topes. Por eso abandona la política económica de siempre, la del comercio libre, para optar por una política  que recomendaba la Cepal por allá en los años cincuenta del siglo pasado, para que Latinoamérica se defendiera de los Estados Unidos a base de la protección de la industria nacional con aranceles altos a la importación de mercancías. Así que Trump recoge cosas del pasado, quiere volver a la modernidad pesada del fordismo, protegiendo sus industrias y sancionando la migración del empleo en busca de salarios bajos. Y ha empezado a soltar antiguas tareas de conductor, como es el caso de israelitas y palestinos  a quienes les acaba de decir que solucionen ellos sus propios problemas, que dejen de pensar en un árbitro como Estados Unidos. Ya China está notificada del abandono de Estados Unidos y empezará a llenar el vacío. La construcción del muro con México, siendo evidentemente una afrenta para México, es una medida defensiva. Con él se protegen de la inmigración mexicana. Esto no lo haría Hitler. La llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos solo viene a desvelar la decadencia del país como imperio, papel que empezó a tomar volumen una vez finalizada la segunda guerra mundial, para ampliarse con el tiempo y luego como lo señalara Spengler en su Decadencia de Occidente, empezaría el ciclo de la decadencia.

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