POR: RAUL PACHECO BLANCO.
Yo creo se comete una equivocación cuando comparamos a Donald Trump con Hitler. Este era un político criminal, pero político. Trump en cambio
es un negociante, como lo dice muy bien el hombre más rico de México. Ahora,
Hitler pensaba crear un imperio, quizá sentía la nostalgia de la primera
posguerra mundial cuando fueron destruidos los imperios. Trump por el contrario
se da cuenta que hay necesidad de hacer un repliegue para salvar a Estados
Unidos, que el palo no está para cucharas y que ya no tiene el músculo
suficiente para servir de árbitro y líder del mundo. Tiene que reabastecerse,
cerrar sus fronteras, como lo buscaba
afanosamente el doctor Francia en Paraguay. Así que la lectura que se hace del Trump
invasor no guarda relación con la realidad. Estados Unidos salió muy maltrecho luego de la invasión de Irak,
pues su inteligencia quedó por el suelo o su credibilidad, al no haber allí
armas nucleares que amenazaran al mundo y forzar así la invasión. Estados Unidos fabricó el enemigo
de hoy, el estado islámico, que es secuela de la guerra de Irak. Y está endeudado
hasta los topes. Por eso abandona la política económica de siempre, la del
comercio libre, para optar por una política que recomendaba la Cepal por allá en los años
cincuenta del siglo pasado, para que Latinoamérica se defendiera de los Estados
Unidos a base de la protección de la industria nacional con aranceles altos a
la importación de mercancías. Así que Trump recoge cosas del pasado, quiere
volver a la modernidad pesada del fordismo, protegiendo sus industrias y
sancionando la migración del empleo en busca de salarios bajos. Y ha empezado a
soltar antiguas tareas de conductor, como es el caso de israelitas y palestinos
a quienes les acaba de decir que
solucionen ellos sus propios problemas, que dejen de pensar en un árbitro como
Estados Unidos. Ya China está notificada del abandono de Estados Unidos y
empezará a llenar el vacío. La construcción del muro con México, siendo evidentemente
una afrenta para México, es una medida defensiva. Con él se protegen de la
inmigración mexicana. Esto no lo haría Hitler. La llegada de Trump a la
presidencia de Estados Unidos solo viene a desvelar la decadencia del país como
imperio, papel que empezó a tomar volumen una vez finalizada la segunda guerra
mundial, para ampliarse con el tiempo y luego como lo señalara Spengler en su
Decadencia de Occidente, empezaría el ciclo de la decadencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario