POR: RAUL PACHECO
BLANCO.
Para dar una buena
impresión y lograr que la persona acabada de conocer quiera repetir, lo primero que debe
hacer es ponerle la máxima atención a sus palabras, sin interrumpirlo, tratando
de estar de acuerdo con él, lo cual se
deberá hacer gestualmente, para no molestar. Memorice bien el nombre de esa
persona, lo mismo su apellido y la próxima vez que se lo encuentre, salúdelo
por su nombre y recuérdele algunos de sus comentarios, de sus salidas y diga,
sin timidez que en esa oportunidad no había hecho más que celebrar sus cuentos. De ahí en adelante, tome usted la
iniciativa de llamarlo por teléfono, aunque sea para darle un saludo. Si se
encuentran en la calle y deciden entrar a un café, deje que él sea el que escoja
el café y no solamente éso, sino que pida lo que él ha pedido, alabándole el
gusto. Si hay una discusión, cuídese de no herirlo con algo que vaya a mortificarlo
demasiado. Es más, es preferible dejarse vaciar por él, tolerarle su mal genio
o su mala educación, con tal de mantener su buena imagen ante él. Elogie el
buen gusto que tiene para vestirse, la calidad de su ropa, lo fina. Al momento de ir a pagar la cuenta en el café,
o donde sea, ¡cuidado¡ con dejarlo
pagar, no obstante que haga el ademán de hacerlo. Nada más peligroso que una
tentativa de estas para que usted meta la pata. Eso es fatal. Cuando él hable mal de su propia mujer, ahí si intervenga y
diga todo lo que se le ocurra y
justifique que hay causales para el divorcio. Y cosas por el estilo. Eso lo
agradece mucho el marido agraviado y sometido por la cónyuge. Ah, en cuanto a sus chistes, no deje de reírse
un solo momento, no importa que sean muy
malos. En materia política, póngase de
su lado, déle la razón, elogie sus argumentos, y si puede, cite sus palabras textuales. Cuidado con
mostrarse como una persona de convicciones, no lo haga, aunque esté tentado a
hacerlo. Por favor no lo haga porque ahí si encalla la relación. Si le pide plata prestada, no salga corriendo. Es de mal
gusto. Dígale que sí, vaya con él al cajero y, al hacerlo, repítale varias
veces que por el pago no se preocupe, que le pague cuando buenamente pueda. Así
usted tendrá muchos amigos y se rodeará de afecto por todas partes. Cualquier
duda, favor consultarla.
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