viernes, 13 de mayo de 2016

¿QUÉ LE PASA A LOS PARTIDOS?


 

POR: RAUL  PACHECO BLANCO.

Los partidos colombianos contemplan los siguientes problemas: 1) Falta de ideología porque los grandes metarrelatos fracasaron y hay necesidad de aportar nuevas ideas. 2) Perdieron legitimidad, pues la que tenían estaba basada en la violencia, en el odio al otro partido . 3) Las casas presidenciales se salieron de los partidos tradicionales, para crear unos nuevos. 4) Los partidos quieren ser gobierno y oposición al mismo tiempo.5) Crecimiento de las clases medias.6)Se quedaron sin mitos.. Como decía Lyotard en su Condición Posmoderna, los grandes metarrelatos, socialismo, comunismo, cristianismo, neoliberalismo le dieron la vuelta a la tuerca y se quedaron sin dientes. Este fenómeno europeo también sucedió en Latinoamérica, pues recibió tanto la influencia del socialismo, como del neoliberalismo, hasta caer de nuevo en los socialismos del siglo XXI que están languideciendo y tienen al borde de la quiebra a países tan boyantes como Brasil, y Venezuela. Los partidos políticos en Colombia adquirieron una legitimidad en base a la violencia, que vino a manifestarse en guerras civiles y en la articulación de una suma de odios y de enconos que produjo la dureza de su raigambre. El Frente nacional liquidó viejos resquemores, limpió el ambiente, pero dejó sin aliento a los partidos que no han podido encontrar ni los liderazgos ni la ideología adecuada para revivirlos. A su vez las casas presidenciales procedieron a abandonarlos para asegurar bien sea sus turnos presidenciales o para captar opinión hacia adelante con la mira puesta en la vuelta al poder. Tanto Uribe como Santos y Vargas Lleras, el nuevo aspirante, decidieron crear sus propios partidos y dejaron de lado el liberalismo, en el cual libra la batalla la casa Gaviria para mantener su poder, con un bateador emergente como Horacio Serpa, quien al irle mal con la casa Samper busca en la Gaviria enderezar las cargas. Igualmente los partidos perdieron la disciplina y se dividieron alrededor del poder, unos con él y otros en la oposición, fenómeno que antes no se había contemplado. Al entrar el país en una nueva etapa de desarrollo económico, las clases medias crecieron y al sentirse en otro nivel entraron a cuestionar a sus propios partidos para no volver a tragar entero. Y por último se desgastaron los grandes mitos: en el liberalismo se desgastó el discurso de la revolución en marcha de López Pumarejo y el de Gaitán, como símbolo de la lucha popular Y en el conservatismo los mitos de la constitución del 86 y Laureano Gómez.

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