POR: RAUL
PACHECO BLANCO.
Llegar al Externado después de haber pasado por la Javeriana
era como hacer tránsito de un bullicio denso, dado por los jugadores de
ping pong que jugaban a la entrada, el incesante tránsito de alumnos por sus
pasillos, el movimiento de la carrera séptima con las flotas de buses y carros al
circular y dejar pasajeros, convertía todo aquello en un torbellino de cosas,
mientras que el Externado era un remanso de paz, interrumpido apenas por el juego
de la cascarita en los estrechos pasillos de la Universidad, o la llegada del
profesor Goyeneche quien entregaba parte de sus proyectos, como el de
pavimentar el rio Magdalena. En la Javeriana habíamos cursado el primer año de
derecho y hasta la cafetería nos llegaron en masa los estudiantes de la Nacional,
quienes nos instaban a entrar en una huelga
y nos exigían que los dejáramos hablar, cosa a la cual accedimos no sin
antes resistir la befa por retrógrados, confesionales, enemigos del libre
pensamiento. Pero los dejamos hablar. Y cuando terminaron, yo me subí a una
mesa para exponer nuestro pensamiento, e inmediatamente los nacionalistas
empezaron a sabotear, para después entrar en razón cuando se les dijo que
estaban en una universidad ajena y que ya los habíamos dejado hablar a ellos.
Luego el turno era para nosotros. Y eso
que no estaba por ahí el padre Giraldo, porque cuando él podía y veía algún
bochinche que perturbara el ambiente, procedía a apagar la luz del salón y
sacar a todo el mundo. El cambio de Universidad me permitió ver otro enfoque. Estaba uno montado sobre una
Inquisición que se veía bien, porque la verdad es la verdad. Una moral religiosa,
el estado confesional, la religión por encima de Dios. En cambio del otro lado
aparecía la Ilustración, la reforma de Lutero, la concepción laica del estado, la
ética y no la moral. De ahí que el horizonte intelectual se amplió, abarcando
más espacio en la búsqueda de la verdad que tiene una entidad total y no dada
por un
solo ángulo. Y esto desde luego también tiene sus consecuencias para entrar
a analizar la historia, una historia que en siglos pasados estuvo dominada por
los exégetas de la iglesia católica y por un pensamiento convencional, para
luego en el siglo XX soportar el monopolio de una historia narrada bajo el
punto de vista liberal y luego marxista. Esto como panorama visto desde un dron
para celebrar los 130 años del Externado
de Colombia.
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