Algo debe tener el senador Iván Duque para estar en el lugar
en que se encuentra: a las puertas de unas elecciones presidenciales y ante y
por encima de candidatos de mucho postín como German Vargas Lleras, a quien
dábamos como seguro ganador de la contienda y el próximo turno presidencial,
dueño de la franquicia por razones de tradición y de familia dado el perfil
dinástico de nuestros presidentes. Porque hasta ahora le hemos dado todo el
mérito al expresidente Uribe, quien si
bien es cierto lo ha promovido y apoyado con todo, no se trata de un robot hecho a su medida para seguir
manipulando la política. El expresidente debe entender que la lealtad va hasta
cierto punto, pero ya cuando toca el espacio de la propia personalidad del otro, hay que respetarla. Iván Duque tiene
ideas propias, hizo su entrada a la política con el bagaje de su cultura, de su
capacidad para la comunicación, de su carisma personal. Y se ganó en limpia lid
con Marta Lucia Ramírez el derecho a la candidatura presidencial por la
coalición entre Uribe y Pastrana. Quienes votamos por Marta Lucia así lo
reconocemos. Pero pasó de ahí. Y empezó a ganar espacio político cada vez más,
yéndose más allá de la fuerza de sus auspiciadores, hasta el punto de
convertirse en una nueva figura nacional, que en estos momentos lo toma como un
líder con futuro muy próximo. Si el puesto que ocupa en las encuestas fuera
flor de un día, uno diría que el peso político de Duque se lo daba únicamente
el uribismo. Pero no solamente ganó la consulta, sino que ha mantenido su
puesto en dos consultas más que miden hasta donde se puede medir, el piso
político que toca y en el cual se desenvuelve con mucha soltura. Se trata de un hombre
brillante, que no despierta antipatías, que no tiene resistencias. Solo las
resistencias de sus padrinos. En todo caso la derecha sigue teniendo dos
candidatos para jugar en las elecciones: el uno es Duque y el otro un tanto rezagado,
pero el juego es largo y dura hasta fines de mayo. Ese otro es Vargas Lleras a quien
no se puede desestimar así como así porque está muy bajo en las encuestas. La
política tiene muchos pliegues y repliegues. Por lo tanto se deben evitar los
golpes entre los grupos con afinidades ideológicas. En hora buena aparece una
figura de relevo de importancia, cuando estábamos condenados a ver surgir otros
candidatos sin la prestancia intelectual de Iván Duque.
jueves, 29 de marzo de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario