POR: RAUL PACHECO BLANCO
“La lucha popular en Colombia se inició en los años
cincuenta del siglo pasado, cuando las Farc
asumieron la defensa del pueblo liberal que caía, asesinado, por
voluntad de la oligarquía conservadora. Estaba en el gobierno un político
conservador reaccionario llamado Laureano Gómez, formado en la escuela del fascismo
y, educado por los jesuitas para evitar precisamente la introducción de las
ideas progresistas en un país dominado
por terratenientes y comerciantes de postín, como el viejo López, quien hizo
una discreta reforma social de la constitución para enervar también a su manera
la acción de las ideas de izquierda. Gómez pretendía elevar a cánones
constitucionales todo el infundio del estado corporativo copiado de los modelos
fascistas y falangistas, pero afortunadamente vino el golpe de estado que precipitó
su caída. Dada la violencia desatada por el régimen contra el pueblo inerme,
éste no tuvo más remedio que defenderse y quién asumió la lucha popular fue el
dirigente campesino Manuel Marulanda Vélez, mal llamado por la oligarquía
bogotana como TiroFijo. Si en un
principio las Farc se crearon para defender al pueblo liberal de la arremetida
de las fuerzas de la reacción conservadora, sin embargo la clarividencia de un
personaje como Marulanda supo interpretar el querer de las masas campesinas que
lo seguían con verdadero delirio, transformó la lucha política en una lucha
social, para reivindicar al pueblo raso, en su lucha contra las estructuras del
viejo capitalismo enquistado en nuestras instituciones. Afortunadamente fue apoyado por regímenes
progresistas como la Unión Soviética, la revolución cubana de Fidel Castro, la de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Con estos
apoyos e instrumentos de lucha Marulanda se dedicó a dotar de infraestructura
vial a territorios abandonados por el estado, a atender una justicia confiable
por parte de sus tropas y a la implantación de una tributación adecuada a los
capitales de los terratenientes. Para eso tuvo que apelar a la voladura de las
redes del petróleo, contribuyendo así a que el petróleo se resembrara en las
laderas olvidadas de nuestras regiones más apartadas. A esto se dedicaban las Farc, cuando Juan Manuel Santos, un burgués
progresista, intuyó que el país estaba ya en la fase dialéctica del paso del
capitalismo al socialismo, siguiendo el ejemplo de Lula, Kitchner, Morales, Correa,
Chávez y Ortega. Santos quería
adelantarse a la historia y dominar la coyuntura con una inserción de la
guerrilla al orden establecido y ganarse el mérito histórico de ser el
presidente de la paz.” Es fiel copia.
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