POR: RAUL PACHECO BLANCO.
El mundo político español ha sufrido unos cuantos cambios desde que salió del juego la dictadura del general Franco y por
lo tanto no existían partidos políticos
consolidados. En el tiempo dela transición van sugiriendo, pues los sectores de
derecha se aglutinan alrededor de la
UCD donde militaba Adolfo Suárez el
líder de la transición. Y viene la elaboración de la nueva constitución, en donde
participan tanto el Pesoe como el partido Popular, la UCD, el comunismo. A
medida que avanza el tiempo Adolfo Suárez fue saliendo de la escena y se de cantaba
el proceso de creación de partidos con el auge del Pesoe con Felipe González y
el partido Popular con Fraga Iribarne, quien también participó en la hechura de la constitución.
Desapareció la UCD y quedó el partido Popular solo en la derecha y el Pesoe
solo a su vez, en la izquierda centrista.
Cuando entramos al siglo XXI las cosas empiezan a cambiar, se nota cierto
malestar dentro del ambiente político con los partidos tradicionales, pero en
todo caso se suceden los gobiernos de González, Rodríguez Zapatero por el Pesoe
y de Aznar y Rajoy dentro del partido Popular. En Cataluña no obstante el auge
nacionalista creado por Mas y en un principio con la colaboración de Jordy Pujol, se fue creando a su vez una fuerza que
no estaba en los cálculos como la de Ciudadanos para tratar de equilibrar las
cargas y mantener la idea de la unidad española y hacerle frente a Mas con su
autonomismo. Luego supimos de las sucesivas derrotas del nacionalismo catalán.
Ciudadanos además si surge como
respuesta de afirmación española, a su vez, muestra su malestar interno con el
partido Popular y prácticamente de allí surgen sus líderes. A su vez, dentro
del Pesoe también surge el descontento y profesores de universidad se ponen al frente de un bloque que aspira a
capitalizar los sectores de la nueva izquierda y ahí es donde surge Pablo Iglesias, con su
cola de caballo y su figura desgarbada de líder estudiantil del 58. Viene siendo a su vez, la canalización de las grandes
manifestaciones de Indignados que recorrieron las calles de Madrid y otras ciudades. Hacia allá convergen estas
fuerzas. Al movimiento y al partido luego se le da el nombre de Podemos y hoy
tiene en apuros a los dos partidos tradicionales españoles, al demostrarlo en
las pasadas elecciones municipales. Así
que resumiendo, del bipartidismo se pasó al pluralismo político, dentro del mismo esquema
ideológico, pero no dentro de los partidos,
sino fuera de ellos.
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