Siguiendo a MIchio Kaku en su libro La Física del futuro,
Debate 2.012, podríamos hacer una composición de lugar de lo que sería
Bucaramanga en el año de 2.100, teniendo en cuenta las teorías de la física
moderna que ya está convirtiendo en
realidad lo que antes parecía de ficción. En primer lugar las calles no serían
pavimentadas como ahora, sino que estarían imantadas, para permitir que los
vehículos, tanto de transporte público como privado, leviten en lugar de sufrir
el desgaste que ahora produce la fricción. Esos vehículos no serán manejados por
personas sino por robots. Los pasajeros llevarán gafas especiales que estarán
conectadas a internet y por lo tanto, podrán hacer toda clase de investigaciones,
diligencias, informaciones. Si entran a Jumbo con las gafas puestas podrán
consultar el nivel de los precios y compararlos con los de otros
establecimientos para ver si se justifica el gasto. Si se sientan frente al
computador no necesitarán de mouse para ponerlo en movimiento, sino con solo el
pensamiento podrán ingresar al área que necesiten. Al llegar al parque García
Rovira se encontrarán con el mismo alcalde de ahora, Rodolfo Hernández, quien
tendrá en esa época unos ciento setenta años, debido a sus chequeos permanentes
en los Estados Unidos, donde le han combatido toda clase de gérmenes patógenos
a punta de células que viajan por las venas como camiones cargados de gajos
frescos para curar cuanta enfermedad se ponga por delante. Y todavía estará
luchando contra los corruptos, pero en los juzgados no le han parado ni cinco
de bolas. La vieja medicina que tenía que echar mano de cirugías para entrar al
área afectada, ya es completamente obsoleta y todo se hace sin métodos invasivos.
Y a propósito de la justicia, estará en manos de una concesión que le fue otorgada
a los exmagistrados Bustos, Ricaurte y Malo para que se hicieran cargo del
poder judicial. En sus despachos venden toda clase de paquetes para sus clientes,
que van desde la comisión del delito, la defensa y la absolución, todo
incluido, por precios nada despreciables. Estos exmagistrados ya tendrán más de
siglo y medio de vida. Los Aguilar habrán construido un ascensor que lleva al
espacio y estará ubicado en el mismo sitio de Panachi, para poder ver cómo se
producen los agujeros negros al chocarse entre sí diversas estrellas de la
galaxia. Y es probable que la nanotecnología haya fabricado la máquina que
pueda crear algo a partir de la nada. Y todavía más.
jueves, 21 de septiembre de 2017
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